Salvador Salas Munar, El Potro
Salvador Salas Munar, El Potro
Albadalejo

  Salvador Salas Munar, El Potro, es un cantaor de mar y de sierra. Nacido en la pedanía unionense de Portman en diciembre de 1952, cerca de la bahía que los romanos llamaron Portus Magnus y por donde cargaban minerales en los barcos para llevarlos a Roma. Comenzó su carrera artística en el mundo de la canción española; de hecho en 1968 recibe de manos de Manolo Escobar el primer premio de voces de Benidorm. Con posterioridad ingresa en el grupo de rumba flamenca "Los cuatro bohemios" de Cartagena. Regresa a la canción española con el grupo "Los Luceros". Su nombre ya sonaba en toda la región, incluso grabó su primer disco en 1983, pero, en lugar de seguir con la música ligera, se especializa en el flamenco, recordando los fandangos y los cantes de ida y vuelta que su madre le susurraba cuando era pequeño. Comienza en los años noventa ganando premios como saetero en Cartagena, La Unión y Santa Lucía y se presenta a los festivales de Jumilla, Lorca, Lo Ferro y La Unión. Así, consigue el primer premio por tarantas en el Festival Nacional de Cante por Cartageneras. Su primer repertorio se basaba en los fandangos del Gloria, milongas, granaína y media y tarantas. Con el tiempo ha ido añadiendo mineras, canción por bulerías, colombianas y malagueñas. Debido a su empeño, consiguió en al año 2000 el primer premio por tarantas en el Festival del Cante de las Minas de La Unión y el de cartageneras en el año 2001.

    El Potro posee un timbre marchenero, una voz dulce y un decir sereno. Experto en los cantes mineros de la tierra, en los cantes de ida y vuelta (excelente la versión por milongas de los fandangos de Pepe el Loreño) y en malagueñas y granaínas.

   Comenzó tarde en el cante, pero su esfuerzo le ha hecho ser uno de los pocos cantaores de la tierra en activo y en permanente actitud de acopio de cantes; incluso creó una "ferreña" compuesta con aires de petenera para las pruebas selectivas del Festival de Lo Ferro. Ha cantado levanticas, tonás y unos denominados fandangos marineros, de bella copla y estampa. Ha frecuentado las peñas de la tierra siendo asiduo a la Peña Melón de Oro de Lo Ferro, a la Peña de La Unión y a la Peña de Sucina.

©Pedro Fernández Riquelme