El Real Decreto 209/2005 modifica la legislación actual sobre cosméticos de 1997 y traspone al ordenamiento jurídico español una Directiva comunitaria de 2003. La nueva norma tiene como objetivo ofrecer a los consumidores una mejor información sobre las características y posibles efectos adversos de estos productos.
Las novedades más relevantes que introduce el Real Decreto, derivadas de la transposición de la Directiva, son las siguientes:
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Posibilidad de que los consumidores puedan obtener información sobre dos tipos de datos de los cosméticos: efectos adversos que puedan producir y composición cuantitativa en relación con determinadas sustancias que, utilizadas en mayor proporción de la indicada, podrían ser peligrosas.
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Se prohíbe la utilización en la composición de los productos cosméticos de sustancias clasificadas como carcinógenas, mutágenas o tóxicas para la función reproductora.
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Deberá realizarse una evaluación específica de la seguridad de los productos destinados a ser utilizados en niños menores de tres años y en los de higiene íntima.
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Se amplía la lista de sustancias que no pueden contener los cosméticos en concentraciones superiores y en condiciones diferentes a las establecidas.