La derrota del partido del sábado no sentó nada bien a los directivos del Real Madrid que se desplazaron a Murcia. La noticia fue recibida por la prensa de la capital con sorpresa. Hasta ese momento, el equipo pimentonero sólo había participado una vez en el Campeonato de España (la actual Copa del Rey), y había sido eliminado por el Sevilla tras perder los dos partidos, por lo que el Real Murcia era un equipo casi desconocido en el panorama futbolístico nacional, que en esa época estaba monopolizado por los equipos vascos, madrileños y catalanes.

     Tras la derrota, los directivos del Real Madrid que se habían desplazado a Murcia se pusieron en contacto con los que se encontraban en aquella ciudad, a fin de que comunicaran a Félix Pérez (uno de los mejores jugadores del equipo madridista, que no había sido convocado para el desplazamiento a Murcia) que cogiera el primer tren de la mañana para reforzar al equipo de cara al segundo encuentro, puesto que en la expedición visitante no había viajado ningún sustituto de garantías para Monjardín y los madridistas no se podían permitir perder otro partido.

El encuentro

     En este segundo partido, disputado el domingo 27 de diciembre, las alineaciones fueron las siguientes:

REAL MURCIA: Juseph; Pagán, Roselló; Mateu, Largel, Marcos; Duval, Campius, Albaladejo, Castro y Ortiz.

REAL MADRID: Martínez; Escobal, Quesada; Blanco, González, Mejías; Muñagorri, Moraleda, Úbeda, Félix Pérez y Del Campo.

     Arbitró el encuentro Julián García Villalba.

     En los primeros minutos, la historia parecía que iba a ser muy distinta a la del primer partido, ya que los jugadores madridistas salieron muy motivados tras la derrota del día anterior. Mediada la primera parte ocurrió un lance que sería muy comentado en la época. El guardameta Juseph, tras realizar una gran parada, recibió una patada en la cabeza, y después de ser sustituido durante breves instantes por Pagán, como portero provisional, regresó con una aparatoso vendaje para hacer uno de los mejores partidos de su vida. La buena actuación del cancerbero murciano y la de Martínez, guardameta del Real Madrid, propiciaron que la primera parte acabara con empate a cero, pese a que ambos equipos dispusieron de numerosas ocasiones para marcar. Al margen de la acción de Juseph, la única incidencia reseñable del primer tiempo fue la retirada de Duval a causa de una lesión. Le sustituyó Ariño.

Victoria del Real Murcia

     En la segunda parte, el Real Murcia desperdició un penalti que Albaladejo lanzó por encima del larguero. La pena máxima trajo consigo la expulsión del visitante Quesada por insultar al árbitro. Cuando faltaban quince minutos para el final, Ariño lanzó un disparo que repelió Martínez, Albaladejo recogió el rechace y remató de cabeza volviendo a despejar el portero, hasta que, en última instancia, Ortiz marcó el tanto. Los jugadores madrileños protestaron una supuesta infracción en esta jugada, e incluso hicieron ademán de retirarse del campo, aunque reconsideraron su decisión y el encuentro finalizó sin más incidencias. Los dos porteros fueron los más destacados. Tanto Martínez como Juseph acapararon los elogios de unos aficionados que estaban eufóricos porque habían sido testigos del mayor éxito de la, entonces corta, historia del Real Murcia: las dos victorias seguidas ante el Real Madrid.