Bajo el Imperio Romano la economía en su conjunto conoce un crecimiento  muy significativo al abrigo, tanto del comercio interno como con el de la propia metrópoli. Se explotan las minas al tiempo que las factorías de garum (salsa de pescado) se multiplican por doquier en nuestro litoral, se comercia con productos de la pesca hacia el interior, mientras que el vino y el aceite parten por mar hacia Roma. La minería, (aunque en menor medida que en el entorno de Carthago Nova donde existían abundantes minas de plata y plomo) sin duda fue una importante fuente de ingresos para determinadas familias patricias asentadas en Begastri. En el arroyo del Paraíso, muy cerca de la ciudad, aún subsisten vestigios de una mina de oro que probablemente fue explotada en esta época, tal como afirma en el año 1650 el erudito Martín de Ambel. 

  El ámbito de la agricultura conoció también un avance notable con la incorporación de nuevas técnicas de regadío y del arado romano. Los cultivos de mayor peso específico fueron los de trigo, vid y olivo, y también los árboles frutales, hortalizas, legumbres y lino. Los romanos mejoraron las técnicas agrícolas y desarrollaron molinos para triturar el grano y prensas para obtener aceite y vino. En el entorno de Begastri también debieron explotarse los espartizales, muy apreciados por la metrópoli. Un panorama muy exacto de las materias primas obtenidas en Hispania nos lo ofrece Plinio 'El Viejo' en su obra Historia Natural, libro XXXVII describe las excelencias de Hispania: "Tras Italia hemos de colocar a Hispania con todas sus regiones bañadas por mar; pues, aunque tiene zonas secas, no obstante, cuando el suelo es fértil, produce gran cantidad de cereales, aceite, vino, caballos y metales de todo tipo; productos éstos en los que es igualada por la Galia. Sin embargo, Hispania la supera por el esparto extraído de las tierras áridas, así como por la piedra especular (yeso espejuelo), por los pigmentos de lujo, por el ardor en el trabajo, por la actividad de los esclavos, por la resistencia física de sus gentes y por su vehemencia pasional".

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