Las fuentes documentales, básicamente textos culinarios, y las fuentes arqueológicas (los hallazgos cerámicos en excavaciones arqueológicas) han proporcionado gran cantidad de información sobre los utensilios cerámicos utilizados en las casas andalusíes. Se puede establecer tres grandes grupos cerámicos: la cerámica de cocina, la de almacenamiento y la vajilla de mesa.

   Cerámica de cocina

   Es uno de los grupos más numerosos y mejor representados en la tipología cerámica andalusí. Se pueden establecer numerosos subgrupos:
-Contenedores de fuego para cocinar sobre un fuego doméstico, como el tannur (cerámica para cocer con ollas).
-Contenedores de alimentos para la acción de cocinar, como la olla, sartén, marmita o la cazuela, cerámicas de cocina que suelen presentar vidriado al interior para impermeabilizar la cerámica.
-Contenedores para almacenar alimentos preparados para ser conservados, como la tinaja o la jarra.

   Cerámica de mesa

   En el servicio de mesa la pieza más representativa es el ataifor, recipiente abierto a modo de cuenco utilizado para la presentación y condimento de alimentos.  Puede realizarse en múltiples acabados, generalmente vidriados (azul sobre blanco, verde manganeso,.etc). La vajilla de mesa se complementa con otros recipientes cerámicos utilizados para guardar líquidos y escanciarlos. Las jarritas (cerámicas de dos asas) y jarritos (cerámica de un asa) son las cerámicas más frecuentes utilizadas para esta función. Como los ataifores, presentan múltiples acabados (esgrafíado, pintada a la almagra, pintada al manganeso, etc). Aunque también debieron usarse vasos cerámicos para beber, es muy posible que estas jarritas de menor tamaño, con pico vertedor, fueran utilizadas para beber, mientras que las de mayor tamaño, con boca trilobulada, fueron usadas para escanciar líquidos.

   Cerámica de almacenaje y transporte

   Sin alcanzar la gran difusión que en el mundo clásico tuvo las ánforas, la época andalusí tiene en la tinaja una de sus cerámicas más características. En ocasiones las tinajas presentan un rica decoración estampillada, lo que unido a su enorme peso cuando estos contenedores estuvieran llenos, hace pensar que tuvieran una doble función en los ámbitos domésticos. Por un lado decorativa, pues la decoración estampillada que ornamenta muchas de estas producciones se caracteriza por una fantasía desbordada; por otro, el almacenamiento, generalmente de líquidos. Las pasta porosa con la que están fabricadas propicia la evaporación refrescando su contenido. La existencia de reposatinajas adaptadas para recoger el agua filtrada a través de la porosidad del barro nos indica que la tinaja también tenía la función de fresquera para mantener el agua en condiciones aptas para el consumo doméstico.

   Cerámicas de iluminación

   La iluminación doméstica se realiza generalmente con candiles cerámicos. La estructura de éstos es similar al de las antiguas lucernas romanas; la cazoleta, receptáculo donde se almacena el combustible, el gollete, orificio a través del cual se introduce el aceite, el asa para sujetar y transportar el candil, y la piquera, donde se situaba la mecha. Su enorme éxito en los ajuares andalusíes radica no sólo en su evidente funcionalidad, también en los bajos costes de producción, siendo una cerámica frecuente en los hallazgos cerámicos en excavaciones arqueológicas.