Cuando los musulmanes firman el Pacto de Tudmir, que garantiza el respeto a las propiedades, costumbres y modos de vida de la población de la zona, intentan buscar nuevos emplazamientos para establecerse. Durante los primeros años predominó el carácter militar en las nuevas construcciones, intentando asegurar el control de la población, en unos años en los que la ocupación del territorio aún no está completamente asentada.

   Así, los asentamientos de los nuevos pobladores musulmanes de Mula se situaron en el cerro donde se ubican los restos de la fortaleza de La Puebla, conocido como castillo de Alcalá. El lugar, prácticamente inexpugnable, constituía una magnífica atalaya desde la que controlar a la población de la zona, que habitaba el cerro de la Almagra, justo enfrente del Castillo, y para vigilar la importante vía de comunicación que discurría a sus pies.

Cronología

   El uso de la fortaleza corresponde a la etapa almohade de la dominación musulmana (s. XII-XIII), aunque debió estar en uso desde los primeros siglos de la conquista. Al poco tiempo se creó un nuevo centro urbano, emplazado bajo el actual casco urbano; el espacio ocupado por la fortaleza de los Fajardo sería el que ocupase la alcazaba islámica, mientras que por la ladera del cerro se debió desarrollar el centro urbano. Durante los siglos IX y X d.C. ya era un importante centro urbano, capital de un iqlim o distrito; el espacio urbano se extendió a lo largo y ancho de las faldas del Castillo, hasa que en 1244 fue ocupada por el infante don Alfonso. Tras la reconquista y el abandono o expulsión de la población andalusí, el territorio fue repoblado.

   El cerro sobre el que se emplazan las ruinas del Castillo de Alcalá presenta unas excepcionales cualidades geoestratégicas. Entre todas ellas destaca por la facilidad de su defensa; la cumbre amesetada es prácticamente inexpugnable por todos sus flancos, porque en lo que la mayor parte de sus caras se hacía innecesario construir defensas artificiales. Por otra parte, domina un amplio territorio, con excelentes posibilidades agrícolas y ganaderas, ya que el río Mula discurre por sus proximidades y a sus pies se encuentra el nacimiento de aguas termales de Baños de Mula. Por último, controla una vía de comunicación transitada desde la Prehistoria, camino que ponía en comunicación el litoral murciano y la vega media del Segura con las tierras altas de Andalucía.

De la Prehistoria a la edad Media

   La cronología de la ocupación de la superfície del Castillo abarca distintas épocas. En las intervenciones arqueológicas realizadas en el Castillo de La Puebla se han recuperado restos arqueológicos que demuestran que desde finales del Neolítico el lugar ha estado ocupado. Así, se ha documentado una fase eneolítica, la más antigua documentada; también se hallaron materiales de época argárica, en plena Edad de Bronce, asociándose la ocupación del yacimiento de esta época con La Almagra, donde también se ha atestiguado esta fase. Abundan asímismo los restos ibéricos y romanos, estos últimos con una cronología que abarca desde el siglo III hasta el IV d.C.

Medieval Islámico

   Aunque los restos constructivos conservados en la actualidad datan de época almohade (ss. XII-XIII), durante las excavaciones arqueológicas se recogieron numerosos fragmentos de cerámica musulmana que evidenciaría la ocupación del cerro al menos desde el siglo X, lo que demostraría el papel jugado por el cerro en el control de la antigua ciudad hispanoromana de La Almagra, situada a sólo un kilómetro de la fortaleza musulmana. Algunos historiadores creen que era en esta explanada donde se situaría el pósito que recogería el diezmo, pactado en el Tratado de Tudmir, pagado a los musulmanes por los pobladores nativos. Durante la reconquista, en 1243, el Castillo fue tomado por las fuerzas de Alfonso X continuando en uso hasta mediados del siglo XIV. Durante este tiempo la fortaleza había perdido ya su utilidad, la frontera del Reino de Granada quedaba ya lejos y apenas quedaba población morisca en la zona; además, el centro urbano se había trasladado de La Almagra a la actual población de Mula.