Zonas de influencia en el Mediterráneo. La amenaza de la piratería berberisca
Zonas de influencia en el Mediterráneo. La amenaza de la piratería berberisca
La batalla de Lepanto detuvo el avance turco [Igles. Santo Domingo]
La batalla de Lepanto detuvo el avance turco

     La caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453 causó una gran conmoción en el Occidente Europeo. Los cronistas de la época confiaban en la resistencia de las murallas y creían imposible que los turcos pudiesen superarlas, pero finalmente lo consiguieron. Tal fue el impacto internacional, que se llegaron a iniciar conversaciones para formar una nueva cruzada que liberase a Constantinopla del yugo turco, pero ninguna nación podía ceder tropas en un tiempo lleno de conflictos y el proyecto, finalmente, no se materializó.

     En su lugar, los países europeos se vieron obligados a diseñar rutas comerciales alternativas, ya que la conquista otomana cerraba las puertas entre Europa y Asia. Ni por tierra ni por mar los mercaderes cristianos podían acceder a las rutas que llevaban a la India y a China. La toma de Constantinopla por los turcos consolidaba su poder en el extremo oriental de Europa y su influencia se extendería por toda la zona occidental europea y se haría notar, sobre todo, en el Mediterráneo.

     Por su parte, los españoles aprovecharon su posición geográfica junto al Océano Atlántico para tratar de expandir su comercio y ampliar su abanico de posibilidades comerciales, que culminaría con el descubrimiento de América en 1492. La Corona Española se expande por los mares mientras en la Península se pone punto y final a un largo y belicoso proceso de reconquista.

     Ese mismo año, 1492, se conquista el último reducto islámico de la Península, el reino nazarí de Granada, lo que supondrá la unificación definitiva de España con los Reyes Católicos. A pesar de esto, no será hasta 1519, con el ascenso al trono de la Corona española de Carlos I de España y V de Alemania, cuando se cree la gran monarquía imperial hispánica, que jugará un papel importante en el comercio mediterráneo frente a su enemigo natural, el Imperio Otomano.

     El Mar Mediterráneo queda dividido entre dos Imperios, el Otomano y la Corona española con dos religiones diferentes, el Islam para los turcos y el Cristianismo para los españoles y dos estandartes, la cruz cristiana en contraposición a la media luna musulmana y dos concepciones antagónicas que convergen en una idea común, el control del Mediterráneo. Estas tensiones se manifiestan en las acciones corsarias que se dan en los principales puertos del Mediterráneo occidental y que tienen su reflejo en los ataques piratas a las costas del Reino de Murcia de los siglos XVI al XIX.