Mapa de la cora o provincia de Tudmir
Mapa de la cora o provincia de Tudmir

La Muralla de Murcia

La muralla de Medina Mursiyâ se extendía desde la actual Santa Eulalia hasta lo que hoy en día son las calles de Santa Teresa y San Nicolás, aunque después se ampliaría englobando el arrabal de la Arrixaca.

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El conocido Pacto de Tudmir (ver vídeo), entre el noble visigodo Teodomiro y el caudillo de los nuevos conquistadores musulmanes, Abd al-Aziz, acordado en el año 713, significó entre otras cosas la incorporación del sureste peninsular al Islam bajo una serie de importantes condiciones.

Entre éstas, determinadas ciudades de la extinta demarcación visigótica pasaban al control directo del gobernador musulmán de la zona, representante del califa de Damasco, entre ellas figuraba su antigua capital, Orihuela.

Pero la administración islámica prefirió, por razones estratégicas, establecer la nueva capitalidad de la provincia en Lorca. Desplazada de su antigua sede capitalina, la antigua nobleza dirigente hispanogoda pasó seguramente a residir a la ciudad de Ello, que algunos investigadores sitúan en la actual pedanía murciana de Algezares, donde se han hallado importantes restos arqueológicos de la época, entre éstos una basílica de época visigoda.

Es muy posible que a la urbe de Ello comenzara a llamársele Tudmir (ciudad de Teodomiro), la cual, por extensión, terminó por denominar a toda la nueva demarcación musulmana. Con los años, esta ciudad reforzaría su carácter de referente urbano del sector al instalarse en la confluencia de los ríos Sangonera y Segura grandes contingentes de emigrantes procedentes de otros lugares del Islam.

Fundación de Medina Mursiyâ

A comienzos del siglo IX, con el objetivo de sofocar una revuelta de gran magnitud entre clanes árabes, el Emir de Córdoba envió un potente ejército a la zona. Tras aplastar la sublevación, decretó la fundación de una nueva capital para la provincia sobre un meandro del río Segura el 25 de junio del año 825 (ver vídeo).

El sitio no fue elegido al azar, se trata de un enclave estratégico donde se controlan las vías de comunicación que provienen del sur a través del valle del Guadalentín-Sangonera, en el lugar donde entroncan con el del Segura para dirigirse al Levante, justo en el área donde se forma una amplia y feraz huerta, con grandes posibilidades agrícolas. Su situación topográfica, delimitada por el cauce fluvial, facilitaba una defensa natural, que más tarde sería completada con un recinto amurallado, el cual permitía también proteger a la población frente a las avenidas del río.