Historia del Augusteum

El Augusteum data de principios del siglo I, época del emperador Tiberio (14-37 d.C) y se construyó dentro del proceso de dotación de nuevos equipamientos monumentales y definitiva ocupación de los espacios más bajos del centro urbano, fruto de la reconversión urbana de Carthago Nova iniciada en la centuria anterior.

El Augusteum era el Colegio Augustal de Carthago Nova, constituido por sacerdotes o augustales encargados del culto al emperador en la ciudad. A este respecto es preciso concretar que bajo el mandato de Tiberio el culto al emperador adquiere carácter oficial e institucionalizado, con su sacerdocio regular, aunque ya Augusto había dado algunos pasos para promocionar el culto a sí mismo.

Con este contexto histórico podría vincularse la emisión monetal acuñada por los duumuiri quinquenales (magistrados que ostentaban su cargo durante cinco años)  P.Turullius y M.Postumius Albinus a principios de la época tiberiana, que pudo aludir a la fundación de un área sacra de carácter oficial en la esquina suroriental del Foro, aunque no abierta directamente a la plaza. La configuración de este espacio a modo de templo, decorado con un rico programa ornamental, donde destacan los mármoles y las antefijas importadas de Roma con temática ligada a la propaganda imperial, acreditan su uso como Augusteum y sede del Ordo Augustalium (religión oficial del culto imperial).

A finales del siglo II o inicios del siglo III, toda esta zona debió sufrir un proceso de abandono, ruina y posterior expolio del patio porticado de la sede colegial, identificada como Augusteum.

Una excavación arqueológica acometida en 1991 en la calle Caballero dejaba al descubierto los restos del Augusteum, así como también una construcción civil de planta basilical, que flanquea al Colegio Augustal por su lado occidental, provista de columnas de arenisca pintadas de rojo y basas de caliza azulada.

Arquitectura y decoración

El Augusteum se configuraría como edificio dotado de podio con escalinata de acceso, fachada tetrástila (cuatro columnas en el frente) rematada con frontón y orientación NW-SE.

A la sede colegial se accedía mediante un patio flanqueado por dos galerías porticadas, con columnas corintias, rematadas en su interior por exedras semicirculares cuyo frontal aparece remarcado con columnillas laterales y su interior ocupado por pequeños ninfeos o fuentes.

Desde las exedras, y ocultas a la perspectiva escenográfica desde la entrada, quedaban dos puertas de paso a unas habitaciones estrechas, posiblemente corredores de comunicación con otras estancias.

El tejado del patio estaba decorado con antefijas de terracota procedentes de talleres de Roma especializados en estas producciones latericias, compuestas por el elemento decorativo de la máscara de Apolo y de la Victoria sujetando por la cola a dos capricornios.

Al fondo del patio, trasversal a su eje longitudinal y sobreelevado tres escalones con respecto a este, se hallaba el pórtico hexástilo (seis columnas en el frente) que constituye el pronaos. Este espacio se encuentra pavimentado con losas cuadradas blancas y negras (mármol y pizarra) colocadas en damero; en el centro se erigía una pieza cuadrada de mármol con función imprecisa.

Desde el pronaos se ingresa en el Aula Central, mediante un vano flanqueado por dos pilastras adosadas. Este era el espacio de culto al emperador, constituía una sala de planta rectangular, de 5,80 metros de ancho y 7,80 metros de profundidad, con el eje axial rematado por un basamento de mampostería recortado en el centro en forma de nicho semicircular que albergaba la imagen del emperador.

El pavimento del aula estaba ricamente decorado con grandes losas rectangulares de mármol blanco veteado en azul de procedencia tunecina, bordeadas por listones de pórfido rojo y 'pavonazzetto'.

A ambos lados de esta sala se disponían dos habitaciones rectangulares delimitadas por muros de mampostería y carentes de comunicación con el aula.

Cierran los ángulos exteriores del edificio estancias cuadrangulares que, con una entrada probablemente desde la fachada trasera, carecen de conexión visible con el resto de estructuras, ocupando la superficie disponible entre las cabeceras absidiales peraltadas de las dos galerías porticadas, que delimitan lateralmente el monumento y el decumanus que flanquea por el sur todo el conjunto.