El diputado Espartero

  El general salió elegido diputado a Cortes por Murcia en las elecciones de 1854 con el apoyo de 9.474 votos sobre un total de 9.497 votantes.


     El general Leopoldo O'Donnell lideró el levantamiento de Vicálvaro en 1854 contra el Gobierno por el monopolio del Partido Moderado en el poder, la corrupción política y la vulneración de la Constitución, con la aprobación de leyes por decreto. En el alzamiento intervino un destacamento de la Milicia Nacional de Lorquí. Los militares sublevados emitieron un programa de intenciones al pueblo en el Manifiesto de Manzanares, con el fin de lograr la regeneración liberal. "Queremos la mejora de las leyes fundamentales… Queremos dar a los pueblos la independencia local necesaria para arrancar la centralización que las devora. Tenemos nuestras espadas consagradas a la voluntad nacional y no las envainaremos hasta que se cumpla". 

     El apoyo popular al Manifiesto de Manzanares permitió el derrocamiento del Gobierno de los liberales moderados y el ascenso al poder de los progresistas. El general Baldomero Espartero volvió a la presidencia del Ejecutivo como diputado por Murcia. El duque de la Victoria salió elegido representante por Murcia con el respaldo electoral de 9474 votos sobre un total de 9497 votantes. El resto de los congresistas del reino murciano eran Francisco Leones, propietario; Antonio Moya Angeler, propietario; Juan Muñoz Díaz, propietario; Julián Rosique, hacendado; Isidoro Valcárcel, José María Vera, hacendado; Rosendo Clemente Zamorano, propietario, y repitieron de anteriores legislaturas Rafael de Bustos Castilla, marqués de Corvera, y Alfonso Escalante, ex-jefe político de la provincia.

     Baldomero Espartero, presidente del Gobierno y diputado por Murcia, impulsó la derogación de la Constitución moderada de 1845, para su sustitución por el proyecto de Carta Magna non nata de 1856; la concesión de las libertades de expresión, imprenta y asociación política; la descentralización administrativa con la elección de los miembros de los Ayuntamientos; la reinstauración de la Milicia Nacional como cuerpo de seguridad y la expansión de la red ferroviaria, mediante la aprobación de la Ley de Ferrocarriles (1855), con el fin de fomentar el crecimiento económico y el comercio. El Estado aprobó el proyecto de conexión por ferrocarril entre Madrid y Cartagena. El Ministerio de Obras Públicas concluyó durante el bienio las obras del tendido ferroviario entre la capital y Albacete.

     El ministro de Hacienda, Pascual Madoz, aprobó la Ley de Desamortización de 1855 sobre las propiedades sin cultivar o manos muertas del Estado, la Iglesia, las Órdenes Militares, y los Concejos o Ayuntamientos para la redistribución de la riqueza y el impulso del desarrollo económico. La desamortización de Madoz significó una revolución social por el cambio en la propiedad de la tierra. Sin embargo, la adquisición de las propiedades por la burguesía y la nobleza impedía el acceso a la tierra de las clases populares y la venta de los bienes comunales empobreció a los municipios. En este periodo de cambios en la propiedad, el Ayuntamiento de Campos del Río compró las tierras del municipio al marqués de la Corona para su repartimiento en lotes pequeños o minifundios entre la población, y el municipio de Fuente Álamo logró su expansión territorial con la anexión de las pedanías de El Escobar y Balsapintada.      

  Antonio Gómez-Guillamón Buendía