Mapa de la expansión territorial del reino de Murcia con Ibn Mardanish en el siglo XII
Mapa de la expansión territorial del reino de Murcia con Ibn Mardanish en el siglo XII

Murcia en Al-Ándalus

     Cuando Abenarabi nació, Murcia era una de las capitales de Al-Ándalus gracias al reinado de Ibn Mardanis, conocido como el Rey Lobo.

     Las provincias que comprendían el reino andalusí de los siglos XII y XIII, es decir, el Imperio Almohade, son las siguientes: Valencia, Tudmir (capital, Murcia) y Xàtiva para el Levante; al Este de Andalucía, las de Jaén, Elvira (capital, Granada), Almería y Málaga; al Oeste, las de Córdoba, Sevilla, Écija, Carmona y Niebla; en el Sur, las de Morón, Sidonia y Takurunna (capital, Ronda); y en el Algarbe, al sur del Portugal actual, las de Ocsonoba (capital, Silves) y Beja.

     El paisaje cultural, político y social de la época comprendía escenas como las de las las Cruzadas y la Reconquista en Occidente o las invasiones mongolas en Oriente.

     Los autores árabes llamaban Al-Ándalus no sólo a lo que hoy es Andalucía, sino al conjunto de la España musulmana, que cada vez tenía una extensión menor debido a la Reconquista cristiana.

     Los árabes llegaron en su mayoría de la Península Arábiga, Siria y Yemen en el momento de la conquista, constituyendo una minoría privilegiada. Formaban castas cerradas, grandes núcleos familiares con los mejores terrenos en propiedad, y casi siempre con importantes funciones en la administración.

     A partir del siglo XI con la llegada al poder de los almorávides y más tarde de los almohades, aumentaron los bereberes del magreb en Al-Ándalus. Habían sido reclutados años atrás de África como mercenarios, pero con los almohades cambia su estatus social y comienzan a ocupar importantes cargos en la judicatura y en ciencias religiosas.

     El resto de grupos minoritarios en el reino árabe de la época eran los siguientes: muladíes convertidos al Islam, la mayoría ganaderos, agricultores, artesanos y comerciantes; los cristianos (mozárabes), que emigraron masivamente al norte de España tras la toma de Toledo por Alfonso VI, quedando en la zona un pequeño grupo; y por último, los judíos, mucho más perseguidos que los cristianos, se agrupaban en barrios de grandes ciudades como Sevilla, Córdoba y sobre todo Granada.

Auge de la zona

     Al-Ándalus se caracterizaba también por contar con un número importante de ciudades y fortalezas. No hay que olvidar que en los siglos XI y XII, el paisaje andalusí se presenta devastado por las continuas guerras.

     En esta época, Murcia adquiere un elevado nivel de organización y desarrollo, con claras muestras de estructuras urbanas que administran territorios. Un ejemplo es la fundación de la propia capital, Murcia, ciudad musulmana por excelencia que, junto a Orihuela y Lorca, destacarían en la zona del litoral.

     Por otro lado, Cartagena recuperaría de nuevo su categoría como importante ciudad portuaria, perdida después de los tiempos de esplendor romano. En las cuencas intermedias, destacan Mula y Cieza, y en las tierras interiores, Yecla, Jumilla, Hellín y Caravaca.