Murcia-Cartagena

    Los caminos, decía el viajero Juan Peyron en 1772, son horribles, "es preciso pasar montañas muy altas, en medio de las cuales no hay otro camino que el lecho de un barranco peligroso". En 1809 será el francés Joseph Townsend quien nos cuenta como salió de Cartagena hacia Murcia en un "calesín". Tras salir a las siete de la mañana, pasaría a las doce por la "venta del Jimenao", para comer. A las tres de la tarde subía las montañas que le darían acceso a Murcia.

    La ruta se realizaba en seis horas, mediante diligencia. Salía, en 1835 y 1836, a las cuatro de la madrugada. Cada asiento se cobraba a 20 reales y daba derecho a que cada pasajero portara una arroba de peso.

    En 1855 el empresario que realizaba esta ruta, con carros, tartanas y diligencias, era Juan Cascales Font, tenía parada cada legua.   

Murcia-Caravaca

    En enero de 1868 la parada de la diligencia de Murcia a Caravaca, que paraba en el hospedaje del Telégrafo, cambiaba su ubicación a la fonda de La Cruz. Diversos episodios le ocurriría durante su trayectoria, volcó en 1875, en 1891 se le impuso una multa por llevar asientos en el pescante. Más importante fue el robo que sufrió en 1895. Era mayoral de la diligencia Francisco Llamas y transportaba dinero de la Delegación de Hacienda, siendo robado en la posada del Lebrel. Sabemos que su hora de salida, desde Murcia, era la 1 del mediodía. Desde Caravaca, Félix Cabezos, estableció en 1883 un servicio, de tartanas,  a las tres de la tarde. El precio era de ocho reales, hasta Calasparra, ascendiendo a diez reales si seguían hasta la estación.

    Este mismo empresario era el que tenía el servicio a Murcia y a la Puebla de Don Fadrique.

Murcia-Fortuna

    El balneario atraía numerosos visitantes en la temporada de baños, que se abría oficialmente en abril. Al menos desde 1870 existirá una diligencia que recogía a los murcianos y a los viajeros que llegaban de Cartagena en ferrocarril, partía hacia Fortuna los días impares a las 3:30 de la tarde, regresando los pares a las 12 horas.

    El precio era de 10 reales hasta los baños y 6 hasta Fortuna. Salía de la calle Madre de Dios.

    En 1887 la tartana a los baños pasa a ser diaria, "si el tiempo no lo impide". De Murcia partía a las dos de la tarde, de la posada del Comercio, retornando de los baños a las cinco de la mañana.

Murcia-Mula

    Al igual que sucedía con Fortuna, Mula atraía a numerosos bañistas en la temporada de verano. En este caso la tartana era diaria, salía de Murcia de las posadas de Almudí y la del Águila, a las cinco de la mañana, en 1882. El retorno era a las dos de la tarde, desde la posada de Morata. El precio era de seis reales el asiento, con derecho a una arroba de equipaje. También se podía alquilar, el viaje de ida y vuelta, en exclusiva, por 70 reales. En 1889 cambiarán los horarios. La salida de Mula era a las 4:30 de la mañana, en tanto que la de Murcia era a las tres de la tarde.