A. Cuadrado
A. Cuadrado

Historia de la iluminación en Mula

A finales de la década de los años cincuenta del siglo XIX existe ya una preocupación por la vigilancia nocturna, por lo que se van nombrando sucesivamente diversos serenos, tal fue el caso de: Bernardo Gómez Giménez, Juan Rubio Molina o José Molina García, entre otros.

La inauguración del alumbrado de petróleo tuvo lugar en abril de 1860. La sesión municipal del 29 de ese mes se hacía eco de la instalación de faroles en calles y plazas, en virtud de una suscripción popular. A partir de ese momento, el Ayuntamiento correría con el mantenimiento, acordando sacar el servicio a subasta del mejor postor. Así, en 1866 era de 1.100 escudos, de 508 pesetas en 1870, de 1.000,- diez años después; alcanzó las 2.000,- pesetas  en 1886, las 2.500,-  para 1890; y en 1891 su costo era ya de 4.781,- pesetas.

En febrero de 1896 se convocó concurso de subasta  para la contratación de energía eléctrica por un período de 50 años y un presupuesto de 3.000,- pesetas anuales a cambio de 100  lámparas de 10 bujías.  Fue el muleño Antonio Cuadrado Pérez quien optó y se ganó la adjudicación del contrato. El montaje de la maquinaria se inició en febrero de 1897 y la primera prueba de encendido tuvo lugar el 17 de abril,  posponiéndose la inauguración oficial para el 25 de abril de ese mismo año.

La partida presupuestaria destinada a iluminación para ese año, que ascendía a 5.118,- pesetas se distribuyó del siguiente modo: 3.000,- Ptas. para el pago de la electricidad en sí misma; 590 Ptas. para el capítulo de reparaciones y 160,- Ptas para el petróleo de La Puebla y Cortijo de Fuente Librilla.

Parece ser que el Ayuntamiento no era muy puntual en los pagos, ya que en abril de 1903  el contratista amenazaba con cortar el fluido si no se le regularizaban los débitos, amenazas que venía reiterando desde el mes de noviembre del año anterior.

Algunos años después el servicio se fue extendiendo por el término municipal. Así, en 1921 se autorizaba a Jerónimo Ruiz Hidalgo, de la empresa  Molinos del Segura, a establecer un tendido eléctrico desde Archena a los Baños de Mula y el Caserío de la Misericordia. La inauguración tuvo lugar en 1923. Este mismo empresario solicitaba se le adjudicara la concesión de alumbrado en la Puebla al año siguiente, instalando 25  bombillas en 1925. En agosto de 1927 obtuvo autorización para poner  luz a Yéchar. Al  tiempo, los herederos de Antonio Cuadrado solicitaban unir las dos centrales de su propiedad ubicadas en los sitios de Herrero y Pinar Hermoso.

Poco a poco los vecinos del extrarradio de Mula piden, en muchas ocasiones con escasos resultados, que se iluminen sus calles: carreteras de Pliego y Caravaca, Camino de los Molinos, calles Alta y del Hospital. Así las cosas, en 1932, el pedáneo de Fuente Librilla, ponía en su petición como ejemplo a Alfonso Aguilera, arguyendo que éste disponía de alumbrado de forma particular y le sobraba energía para poder instalar 30 lámparas de alumbrado público.

En los años treinta la concesión del Sr. Cuadrado estaba en manos de Eléctrica del Segura, creada y dirigida por Joaquín Payá López. Su representante en 1933 contabilizaba las lámparas de alumbrado y, aun siendo todavía escasas, eran numéricamente superiores con mucho a las contratadas. Concretamente existían 252 de 10 bujías  y 42  entre 15 y 100 bujías. Dos años después, en 1935, la empresa Molinos del Segura reclamaba, de forma reiterativa,  se le abonaran los atrasos pendientes por el alumbrado de La Puebla y Yéchar.