Río Segura a su paso por Calasparra
Río Segura a su paso por Calasparra

En junio de 1849 un vecino de Blanca, Antonio Ruíz Cachopo pedía al Gobernador permiso para construir un puente de madera sobre el río Segura, en el lugar conocido como La Vereda.

Ya lo había intentado en noviembre de 1848 pero el expediente se había perdido. A pesar de su insistencia, no conseguiría el permiso de forma inmediata, pero en 1853 ya lo había terminado desapareciendo la barca que prestaba servicio en el lugar.

Una familia terrateniente

Por cierto, que esta familia Ruíz Cachopo acabó comprando importantes extensiones de tierra en Calasparra. Concretamente,  Antonio Ruíz adquirió  seis casas y un molino convirtiéndose en el cuarto propietario de tierras. En Blanca poseía otro molino de aceite, varias casas más, ganado y abundantes tierras.

En marzo de 1871 este puente, conocido como de la Esperanza, se hallaba en mal estado de manera que las autoridades presionaron para que fuese reedificado bajo amenaza de retirar los derechos de pasaje a su propietario, Gabino Ruíz Pastor, el hijo de su constructor, Antonio Ruíz.

Previamente, en 1867, el Ayuntamiento ya había intentado sin éxito que los agricultores quedaran exentos del peaje, ocupándose de la reclamación Pedro Jaén Briceño.

Litigio por los derechos de paso

Pero, teniendo en cuenta que la familia Ruíz había corrido con los gastos de su edificación, a modo de inversión comercial, difícilmente podían permitir el paso gratuito de persona alguna. El caso se puso en manos incluso de abogados como Antonio María Guillén y de un tal Gisbert.

Pasaron los años y aquel puente de madera cedió su lugar con sólo 30 años de antigüedad a otro de hierro. Su construcción se convocó para enero de 1882, ubicándose en la carretera de Calasparra a la venta del Olivo. El presupuesto fue de 219.900 pesetas, siendo su adjudicatario Alfonso Rosique Sánchez.