La muerte sin herederos de Carlos II, último rey de España de la Casa Austria, el 1 de noviembre de 1700 creó un importante conflicto sucesorio. Un mes antes de su fallecimiento, el difunto monarca había testado a favor de Felipe de Anjou, miembro de la Casa de Borbón y nieto de Luis XIV de Francia y, en tanto que se producía su subida al trono, ocupaba la regencia el Cardenal Portocarrero.

     El 18 de febrero de 1701, Felipe de Anjou llega a Madrid, dónde es nombrado rey de España en medio de un gran entusiasmo popular. Días más tarde, Luis XIV anunciaba que su nieto mantenía los derechos sucesorios a la Corona de Francia, con lo que cabía la posibilidad de una unión entre Francia y España.

     Este anuncio, junto con el establecimiento de tropas francesas en las plazas fuertes de los Países Bajos que ocupaban los españoles, fue considerado como una provocación por el resto de potencias europeas, en especial por Austria, Inglaterra y Holanda, lo que provocó la formación de una coalición firmada en La Haya en septiembre de 1701 que defendía la candidatura del archiduque Carlos de Austria al trono español. A esta coalición, se sumaron Dinamarca y Saboya y posteriormente, Portugal y varios estados alemanes. Los aliados le declararon la guerra a Francia y España en junio de 1702. A partir de entonces, comenzó una lucha que se extendería durante más de una década.

El Huerto de las Bombas

     Desde el primer momento, Murcia se mantuvo leal a Felipe de Anjou. Esta posición se reforzó el 8 de mayo de 1705 con la llegada a la ciudad de Luís Belluga, un convencido partidario del candidato francés, que meses antes había sido designado Obispo de Cartagena. El prelado se convirtió en el líder indiscutible de la causa borbónica en Murcia, tanto por la ausencia de una autoridad política a su nivel, como por sus incuestionables dotes de gobierno.

     Durante el año 1706, uno de los focos de la lucha se trasladó al Sureste. A lo largo del verano, las tropas del archiduque Carlos tomaron Cartagena, Alicante y Orihuela y, poco a poco, fueron acercándose a Murcia, a la espera de encontrar la oportunidad propicia para atacar la ciudad y hacerse con su control.

     La contienda se produjo el 4 de septiembre de 1706 en unos terrenos cercanos a lo que hoy es la avenida Miguel de Cervantes. Aquel lugar estaba ocupado por un inmenso huerto en el que se encontraba la residencia del caballero santiaguista Baltasar Fontes y Melgarejo. Unos 400 defensores del rey Felipe V se parapetaron en la casa para evitar la entrada de los enemigos en la ciudad. Obedeciendo una orden de Belluga levantaron los tablachos de las acequias e inundaron la huerta impidiendo las maniobras de los caballos del enemigo que se tuvo que retirar a Orihuela tras un enfrentamiento que dejó más de 400 muertos. Desde aquel mismo día, ese lugar pasó a ser conocido como "el Huerto de las Bombas".

Información elaborada por Juan Antonio Garre Clemente