Cuando en los comienzos del siglo XIV el reino de Murcia comienza su lenta y dificultosa recuperación tras el duro quebranto que supuso la ocupación aragonesa de sus tierras por Jaime II durante nueve años, se producen tres acontecimientos que le afectan por entero y por largo tiempo.

     Uno, es la presencia y con inagotables pretensiones de don Juan Manuel, adelantado mayor del reino, señor de Villena, en posesión de un gran número de poblaciones y fortalezas murcianas y con propósito no oculto de imponer su dominio señorial en todo el territorio.

     Otro es la muerte de Fernando IV y el comienzo de la minoría de Alfonso XI, lo que de inmediato supone la división del reino en dos facciones, guerra civil, renacer de hermandades concejiles y un mayor despertar de ambiciones nunca satisfechas; y, el tercero, la mayor edad del monarca, y la dura lid que mantiene la Corona en recobrar su soberanía, su discutida potestad y el reintegro de bienes y rentas pertenecientes al fisco real, y entre ellas Cartagena, en poder de don Juan Manuel.

Juan Torres Fontes

Revista Cartagena histórica, nº 17