A la morera se le puede dar diferentes formas, según el destino a que se dedique.

Moreras de porte alto.

También llamadas a todo viento, porque la longitud del tronco es de dos metros aproximadamente. Era la forma de cultivar la morera más usada desde. tiempo inmemorial.

Esta formación tiene varios inconvenientes: hay que subirse al árbol para poder coger la hoja, con el consiguiente peligro; hay que podar al menos cada dos años para mejor aprovechamiento de la hoja, o podar todos los años para evitar que eche moras, que pueden manchar el suelo y pisarlas. Otro inconveniente es que se tarda varios años hasta que alcanza su total desarrollo.

La morera de forma alta sigue siendo imprescindible, cuando se trata de plantarla en calles y jardines, y en general como árbol de ornamentación.

Otra ventaja que presenta la morera es no tener plagas y, por lo tanto, no precisa tratamientos con insecticidas ni fungicidas.

Al existir como se ha dicho anteriormente variedades que no echan moras, el inconveniente de éstas desaparece, evitando las manchas de suelo y ropa, las caídas, etc.

También es importante, cuando se trata de que el árbol dé sombra en calles, jardines, etc., disponer de variedades que además de carecer de frutos tengan hojas grandes y que persistan en el árbol hasta bien entrado el otoño (KOKUSO 21, Valenciana tardía).

Moreras a medio viento.

Se llaman así a las que se les ha formado la cruz a un metro del suelo. Su marco de plantación seria a todo terreno, de 4 x 4 m. Tiene la ventaja sobre las formas altas de ser más fácil la cogida de la hoja y la poda. Por otro lado, presenta los mismos inconvenientes que la forma alta.

Moreras en cepa.

Tienen la cruz formada a unos 30 cm. del suelo y se plantan a un marco de 2 x 4 m., de la misma forma que la vid. Tampoco es considerada práctica esta formación. Aparte de ocupar todo el terreno, su poda es especial, por lo que no es aconsejable.

La pradera.

Tiene grandes ventajas sobre todas las formas especiales descritas anteriormente: Se planta a un marco de 2 x 1 m., de plantitas sacadas de semillero o bien de estaca y tiene la ventaja de que entra rápidamente en producción, lo que permite disponer de hoja de morera abundante en poco tiempo. De esto fue de lo que se valió la Estación Sericícola para implantar la Sericicultura en el menor tiempo posible en una zona donde no existían moreras (se plantaba una pradera que producía hoja al segundo año de su implantación, y al mismo tiempo se daba lugar a que las moreras plantadas a todo viento empezaran a dar hoja y se sumase su producción a la de aquélla. Al cabo de 30 ó 35 años, cuando se agotaba la pradera, quedaban las moreras en plena producción).

Otra ventaja, quizá la más importante, es el permitir la fácil cogida de la hoja, incluso para mujeres y niños. Igualmente, la poda también es fácil de realizar, ya que se hace cada dos años, cortando las ramas al ras del suelo, dejando solo 4 ó 5 yemas por rama.

La pradera ocupa toda la superficie del terreno, pero da un mayor rendimiento en hoja que las formas arbóreas .

Una pradera bien cuidada dura más de 30 años a pleno rendimiento.

Producción de hoja de una hectárea de terreno

Con moreras de porte alto a 7 x 7 m.         17.000 Kg.
Con moreras de porte bajo, 2 x 2 m.          20.000 Kg.
Con moreras en cepa, a 2 x 2 m.               20.000 Kg.
Con moreras en pradera, marco 2 x l m.  30.000 Kg.

 

FELIPE GONZALEZ MARIN
Abril del año 2000