1739

Papel

141 x 119 cm

 

Confederación Hidrográfica del Segura, Murcia

 


  

En el siglo XVIII se realizaron grandes proyectos de ingeniería, favorecidos por la política reformista y la notable recuperación económica y social que se produjo respecto al siglo anterior. En el caso de Murcia, el aumento de las tierras de regadío, especialmente para el cultivo de moreras, vino acompañado de una serie de reformas para mejorar los sistemas de regadío de su huerta y evitar los destrozos producidos por las innumerables crecidas del río Segura. La presa o azud de la Contraparada, una de las más importantes obras hidráulicas de la Cuenca del Segura, tiene su origen en el período andalusí y ya desde el período medieval, existe documentación que hace referencia a los gastos derivados de sus continuas reparaciones. La famosa riada de San Calixto, de 1651, destrozó la obra que unos años antes había descrito Cascales en sus “Discursos Históricos” como “una grande pieza de piedra y cal, la mayor y más costosa que hay en España”.

El plano, de 1739, corresponde a la obra de Melchor de Luzón, que proyectó y reconstruyó el Azud. Años después se hicieron correcciones con el proyecto de Toribio Martínez de la Vega, cuyas obras concluyeron en 1748. Las mayores aportaciones para la realización de estas costosas reparaciones de ingeniería hidráulica procedían de los impuestos de la seda. Las dos zonas de riego de la huerta de Murcia, conocidas como Heredamiento Mayor del Norte y Heredamiento Mayor del Sur, estaban regadas por las acequias mayores de La Aljufía y Las Barreras, que tienen su origen en el Azud de la Contraparada. Las parcelas que poseían una densidad superior al 80% de moreras en el Heredamiento Mayor del Norte formaban un gran núcleo desde el Azud de la Contraparada hasta la propia ciudad, así como el sector más próximo al río Segura. En el heredamiento Mayor del Sur, las parcelas con porcentajes superiores al 80% de moreras ocupaban los partidos de Javalí Nuevo, La Puebla, la Raya. Rincón de Seca, Era Alta, Nonduermas, Aljucer y San Benito y de este último hacia el este en Beniaján y Alquerías, que tenían los más altos índices de moreras.

Hernández y Molina, 2007, pp. 27- 45; Muñoz et alii., 1998, pp. 337- 342; Olivares, 2005.

MAGR