(5)

La huerta murciana se divide en dos partes, al norte y sur del río Segura. En el siglo XVIII, la suma del padrón de los heredamientos de las distintas acequias pertenecientes al Heredamiento Mayor del Norte o de Aljufía estaba en torno a los 5.417 ha, de los que, según los datos del Catastro de Ensenada, había 3.778 ha de morerales, lo que supone una densidad media del 70%, de los que un poco más de 348 ha eran de moreral cerrado.

Si usamos nuestro baremo acerca del número de moreras por parcela en función del tipo reseñado en el Catastro, las 3.400 ha de moreral labradío tendrían un total de 306.000 moreras, que unidas a las casi 94.000 de las parcelas con moreral cerrado, nos daría una cifra total de 400.000 moreras sólo en este Heredamiento. El Heredamiento del Sur o Mediodía, con una extensión media de 5.346 ha, tenía 4.006 plantadas con los distintos tipos de moreral, y, por lo tanto, una densidad media de casi el 75 %, porcentaje superior a la del Norte, aunque con un moreral cerrado inferior (229 ha).

Siguiendo los mismos pasos que en el anterior, las 3.678 ha de labradío con moreras superaría los 330.000 árboles, a las que habría que añadir las casi 62.000 del moreral cerrado, o sea unas 390.000 moreras. Así pues, creemos que a mitad del siglo XVIII la huerta murciana estaba poblada por una cantidad que se aproximaba a los 800.000 árboles, muy superior a los 350.000 que calculaba el Licenciado Cáscales un siglo antes.

Estas moreras estaban distribuidas a lo largo y ancho de la huerta, pero había pedanías en donde el moreral era muy denso, formando un verdadero bosque de moreras, que en el Heredamiento del Norte había que situarlos en la Arboleja- Belchí, y en Monteagudo-Larache.

La Arboleja, Belchí y el Malecón poseen uno de los más altos porcentajes en cuanto a concentración de morerales y de los más ricos e importantes morerales cerrados, más de 90 ha. En cuanto a su calidad baste decir que el 75 % de las parcelas de Belchí pertenecía al tipo de hortaliza moreral de primera calidad. El moreral de regadío con hortalizas, estaba catalogado dentro del Catastro como el cultivo con mayor rentabilidad de toda la huerta. Su presencia indica, sin ningún género de dudas, suelos extraordinariamente feraces. En toda la huerta murciana había sólo 66 ha de este tipo, de las que más del 60 % estaban en tres pagos, Santiago (16,75), Arboleja (12,75) y Belchí (10,40), y si añadimos otras, como Malecón, Albatalía, Flota, Bendamé, Monteagudo, Caravija y Alharilla, tenemos un mapa perfecto de la concentración de los partidos más fértiles de la huerta entonces, porque este conjunto suma más del 93 % del total de moreral de regadío con hortalizas.

Pero el verdadero bosque de moreras se encontraba entre Churra y Monteagudo, con un total de 215 hectáreas de moreral cerrado, repartidos en dos lugares distintos, Labrache y Monteagudo. El lugar citado en el Catastro como Labrache, y también Alabrache, se ha relacionado con el castillo de Larache por su parecido semántico, una fortaleza situada al Nor- te del Castellar, entre las localidades de Cabezo de Torres y Monteagudo, que, junto con el de Monteagudo, formaban la línea defensiva de los caminos de Murcia a Orihuela en tiempo de los musulmanes. En el Catastro se utiliza como uno de los sitios o lugares de la huerta, distinto al de Monteagudo, con unos límites imprecisos, entre el señorío de Espinardo y el propio Monteagudo, y entre las acequias de Churra la Vieja y Zaraiche, ocupando Churra y Cabezo de Torres. En todo caso, Labrache se convierte en el más denso moreral con sus 258 ha, de las que más de la mitad son de moreral cerrado (142,41 ha), casi el 50 % de todo este tipo de moreral del Heredamiento norte. Cantidad a las que, si sumamos la pedanía contigua, Monteagudo, que por su parte cuenta con 72,78 ha de moreral cerrado, al norte de la ciudad de Murcia, entre Churra y Monteagudo, habría un bosque de moreras con más de 50.000 ejemplares.

El resto del Heredamiento Mayor del Norte tenía en su mayor parte altas densidades de moreral, aunque predominando el de labradío, algunas, como el heredamiento de la acequia Regaliciar, en el pago que entonces se llamaba Censos (55,4 ha), el 100 % de sus parcelas eran con moreras. Otros pagos y heredamientos, con altos porcentajes (superiores al 80 %), formaban un gran núcleo desde el Azud de la Contraparada, donde comienza la huerta de Murcia, hasta la propia ciudad, especialmente en las parcelas más próximas al cauce del río Segura (Javalí Viejo, La Ñora, Beniscornia, Albatalía, Bendamé y los ya citados Arboleja y Belchí).

Similares porcentajes de densidad de moreras se daban en Santiago y Zaraiche y Flota, y en los heredamientos de Caravija, Benetucer y Benifiar, pertenecientes al partido de Puente Tocinos, generalmente en las tierras más próximas al río, desde la Contraparada hasta los límites con Orihuela.

En este Heredamiento Mayor del Norte sólo la parte norte del partido de Guadalupe, la regada por la acequia de Alfatego, y los heredamientos de las acequias Nelva, Casillas y Cabecicos, tienen datos de ocupación de moreras entre el 50 y el 60 %, probablemente debidos a una insuficiencia de aguas de riego de estas zonas. Aunque la más baja tasa de ocupación es Espinardo, con sólo 10 % de la superficie real. Esta anomalía, en medio de un área muy rica, podría deberse a problemas jurisdiccionales surgidos entre el municipio murciano y la villa de Espinardo a partir del primer tercio del siglo XVII, que enturbiaron las relaciones comerciales entre ambos, por culpa, sobre todo, del monopolio que el Contraste de la seda de Murcia ejercía sobre el resto de la Huerta.

Por su parte, en el Heredamiento Mayor del Sur hay que destacar Alcantarilla, cuyo moreral (68,98 ha) era sólo el 48 % del total, pero todo intensivo y de primera calidad, y las Alhabas6 de la Iglesia, un lugar situado entre los heredamientos de Herrera, Albadel y Aljucer, que tenía un total de 61,10 ha de «moreral cerrado de riego», todas de primera calidad, lo que convierte a Alhabas en uno de los más ricos y densos morerales de toda la Huerta.

En el resto del Heredamiento Mayor predominan las parcelas con porcentajes superiores al 80 %, sobre todo la situadas al comienzo de la Huerta, con los partidos de Javalí Nuevo, La Puebla, La Raya, Rincón de Seca, Era Alta, Nonduermas, Aljucer y San Benito, y de éste último hacia el Este, en Beniaján y Alquerías, en donde precisamente se dan los más altos porcentajes de colonización moreral; entre ambas zonas hay un partido, Torreagüera, de densidades medias.

La Puebla, La Raya y Rincón de Seca eran los partidos que, al igual de sus limítrofes al otro lado del río (La Ñora, Rincón de Beniscornia y Arboleda), tenían una mayor riqueza tanto por la calidad de sus suelos como por la abundancia de sus riegos. Los morerales llegaban a ocupar el 90 % de sus tierras, y de hecho algunos de los señoríos que tenían su origen en estos pagos de la huerta, como el de Puxmarín, se había iniciado, entre otras cosas, para aprovechar el impulso de la actividad sedera.

Era Alta, Nonduermas y Aljucer son tres partidos de la huerta regados por numerosas acequias, por lo que, a pesar de no ser ribereños al río, no tienen ningún problema de riegos: Albalate, Albadel, Dava, Turbedal, Menjalaco, Almohajar, Benavia, Batán, Gabaldón, Aljorabia… un conjunto de 635 ha de las que casi el 86 % era de moreras y con ellos, Beniaján (un 82,5 %).

Baja un poco los porcentajes en Torreagüera (61 %) y en par- tidos en donde es frecuente la cita de labradíos y tierras de secano, como la Alberca y Algezares y Garres (66 %). Solamente la ya citada Alcantarilla y Beniel (40 %) estaban por debajo del 50 %.

 


 

(5) Catastro de la Ensenada «Comprobaciones y resúmenes de tierras, casas y artefactos de la capital», Murcia. Archivo General de Simancas. Rollos 43 a 52. «Libro de asientos de la Villa de Alcantarilla. Villa de Beniel y Villa de Espinardo». 1755. A.G.R.M. Legajos 78, 108 y 110.

(6) Su origen es en la donación, por privilegio de Alfonso X, de trescientas «alfabas» a la Iglesia de Cartagena en el año 1272 a cambio de las diez alquerías que poseía en la Huerta de Murcia, también como donación del Rey Sabio.