Tras la Revolución de Septiembre de 1868 que supuso el destronamiento de Isabel II, Rafael Almazán decidió formar parte de Unión Liberal. A partir de entonces, La Paz de Murcia perdió su independencia, pero se aseguró una cierta estabilidad.

    Durante el Sexenio Democrático se produjo un aumento de las libertades políticas y sociales de los españoles que quedaron plasmadas en la Constitución de 1869. El artículo 17 de la Carta Magna garantizaba el derecho de todo ciudadano “a emitir libremente sus ideas y opiniones, ya por palabra, ya por escrito, valiéndose de la imprenta o de otro procedimiento semejante”. Paradójicamente la garantía de la libertad de expresión perjudicó a La Paz de Murcia, pues, al amparo de la misma, aparecieron nuevos periódicos de diversas ideologías.

Nuevas publicaciones

    Rafael Almazán había tenido que afrontar muchos inconvenientes, pero hasta entonces apenas había tenido competencia. Además, las nuevas publicaciones (varias de ellas de ideología republicano-federal como El Obrero, El Murciano o La República Federal) fueron especialmente críticas con La Paz de Murcia porque consideraban que era un diario muy conservador.

    La Paz de Murcia se convirtió en el órgano del Partido Constitucional durante parte del Sexenio Democrático. En este periodo en la ciudad se editaron decenas de publicaciones. Por este motivo el apoyo de los políticos locales fue decisivo para sacar adelante al diario de Almazán. La Restauración Borbónica supuso un alivio para la La Paz de Murcia (que desde un primer momento apoyó a Alfonso XII) pues desaparecieron la mayor parte de las publicaciones que se editaron durante el Sexenio Democrático.

    La Paz de Murcia fue el periódico más influyente de la ciudad durante más de 20 años. La riada de Santa Teresa también supuso una pequeña tragedia para La Paz. A partir de ese momento, otro periódico, El Diario de Murcia de José Martínez Tornel, se convirtió en el más importante de la provincia.

Riada de Santa Teresa

    El 16 de octubre de 1879 El Diario de Murcia sorprendió con una primera página espectacular que revolucionó la historia del periodismo murciano. Por otra parte, Rafael Almazán, consideró que la estructura de La Paz era intocable, y que estaba por encima de cualquier acontecimiento. Así pues, el tratamiento que le dio en La Paz a la riada de Santa Teresa no fue el más conveniente. No hay ningún tipo de espectacularización visual en el diseño. El cuerpo de letra es el habitual, y la información sobre la inundación no aparece hasta la cuarta columna. Además, el periódico sólo le dedica 18 líneas al suceso. En la misma columna aparecen notas tan insignificantes como “Hemos recibido El Serpis de Alcoy, cuya visita devolvemos con mucho gusto”. “Desde mañana dejan de ser valederas las cédulas personales que se expidieron el año próximo pasado.”

    Rafael Almazán fue consciente de que el tratamiento que la había dado a la noticia no había sido el adecuado, en comparación con su importancia. El 17 de octubre La Paz de Murcia dedicó toda la primera página a contar una crónica de lo sucedido, aunque, a diferencia de El Diario de Murcia, no introdujo ningún elemento espectacularizador de tipo visual. Los días posteriores El Diario de Murcia siguió transmitiendo toda la información que generaba la riada, mientras La Paz iba, poco a poco, desentendiéndose de las consecuencias de la inundación. El equivocado planteamiento periodístico de Almazán tuvo sus consecuencias. La Paz dejó de ser el periódico más influyente de Murcia; no obstante, también sobrevivió a este contratiempo.