Free cookie consent management tool by TermsFeed Real Alcázar Santuario de la Santísima y Vera Cruz - Arquitectura - Región de Murcia Digital
ARTE Y CULTURA

Real Alcázar Santuario de la Santísima y Vera Cruz

Arquitectura

Planta de la fortaleza de Caravaca
Planta de la fortaleza de Caravaca

Descripción arquitectónica del Real Alcázar Santuario de la Vera Cruz

El recinto, en forma de heptágono, está formado por catorce torreones. Destaca la torre del homenaje -pieza fundamental en los monumentos de arquitectura defensiva medieval- que recibe el nombre de Torre Chacona, en recuerdo al comendador D. Juan Chacón. Dispone de tres aljibes que proporcionaban agua a los habitantes del Castillo.

En los dos torreones se observan los escudos de armas pertenecientes al comendador Gómez Suárez de Figueroa. Pasada la muralla, nos encontramos con la iglesia, de construcción gótica, se encuentra convertida en tienda de recuerdos del año Jubilar. Es de forma cúbica, con bóveda de crucería. Su planta es de cruz latina con tres naves longitudinales. Sobre las laterales se ubica el órgano.

La capilla mayor consta de dos cuerpos, donde se encuentra el presbiterio. Allí se encontraba el retablo renacentista de Hernando de Llanos, antes de su traslado, que fue el primero del santuario y  que hoy está expuesto en partes en el Museo de la Vera Cruz. El edificio sigue las directrices marcadas por Juan de Herrera en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial. El Santuario tiene una gran influencia del Renacimiento herreriano. La fachada representa una de las obras más espectaculares del barroco del siglo XVIII. 

Fachada del Real Alcázar-Santuario de la Vera Cruz

Presenta gran interés por ser un monumento peculiar dentro de la Región de Murcia, constituyendo la segunda portada más importante, después de la catedralicia de la capital.

Concluido el Santuario en 1703, a los pocos años se empezó a construir en estilo barroco para acabarse en 1760. Fue pieza aislada en la región e influyó en obras posteriores. Se trata de una fachada-retablo que aparece como un cuerpo pegado y estampado al muro de la iglesia y que resulta totalmente ajena y diferente en su estilo al templo interior renacentista sin decoración, con muros y bóvedas desnudas. Son dos partes superpuestas de estilos diferentes.

Realizada en mármol gris y rojo, el estilo recargado propio del barroco se refleja en esta obra, que se distingue por sus proporciones enormes. En ella se  superponen formas curvas y rectas y sobresale un gusto por la aglomeración de las columnas con elementos de decoración, contraste de color, decoración vegetal, hornacina central, con la reproducción de la Cruz encima del escudo labrado a relieve de Castilla-León, los dos dragones rojos en las franjas de flores, colocadas en los dos laterales, los pináculos que coronan la altura y sobre todo la doble combinación de tres columnas a ambos lados de la puerta con arco abocinado de entrada.

Esta situada bajo la influencia y en  la corriente del barroco levantino. Su ejemplo precedente sería la fachada de Santa Maria de Vinaroz (Castellón).

Acerca de la influencia y semejanza con otros ejemplos de fachadas de este estilo, existen dos teorías:

1.- Influencia del estilo del barroco colonial hispano-americano. Esta postura defiende que la fachada caravaqueña es un ejemplo claro de las americanas con una influencia directa, sobre todo del barroco mejicano. Esta teoría se basa en la semejanza de la fachada caravaqueña y algunas coloniales, las cuales se distinguen por la tendencia hacia la decoración, en constituir como una delantera-telón pegada al edificio y por el uso de la columna, llamada estípite, más estrecha en la base que en su parte superior. En Caravaca se dan todos estos caracteres, sobre todo el uso de dos grandes estípites en los dos lados laterales.

2.- La segunda teoría defiende que la influencia americana es pequeña (solo en lo exótico y ornamental), y que el esquema general es español; sus antecedentes y ejemplos están aquí, como en San Gregorio de Valladolid, Universidad de Salamanca, etc.

Murallas de la fortaleza caravaqueñaMuralla

En 1243, Alfonso X hace donación del territorio de Caravaca a Berenguer de Entenza y poco tiempo más tarde, en 1266, se hace entrega de Caravaca a la Orden del Temple formando una bailía con Cehegín y Bullas. Su misión fundamental era la vigilancia y defensa del amplio sector fronterizo frente al reino de Granada, y es en esta tarea en la que se encuadra la Fortaleza.

Después de sufrir los avatares de las luchas de los Fajardo y tras distintas reparaciones y restauraciones, poco queda que nos pueda recordar a la antigua fortaleza, de origen islamico, que sirvió de fuerte y bastión de defensa, y que tras  la Orden del Temple paso a  las manos de la Orden de Santiago.

Tras experimentar numerosas transformaciones el Castillo, que fue utilizado como fortaleza militar en la Guerra de Sucesión (1700-1713) y en la de la Independencia (1812), cuenta, hoy, con un  recinto amurallado circunvalado por 14 torreones, de distinta forma y tamaño, destacando el más elevado conocido como la Torre Chacona, en recuerdo de D. Juan Chacón.

Fachada del Santuario de la Vera Cruz
Fachada del Santuario de la Vera Cruz
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