Cabra montés, habitante autóctono de nuestras sierras [sierras]
Cabra montés, habitante autóctono de nuestras sierras
Vicente Hernández Gil

     Las más altas cumbres de nuestras sierras son evocadoras de numerosas especies de fauna, entre la que destacan las grandes rapaces, planeando en el cielo sobre nuestras cabezas, como hacen el Águila Real (Aquila chrysaetos), la Culebrera (Circaetus gallicus) o la Perdicera (Hieraetus fasciatus), junto al Buitre Leonado (Gyps fulvus), que patrulla en busca de carroña con la que alimentarse. O las más típicamente de bosque, volando a baja altura o en zonas despejadas, entre los árboles, como el Azor (Accipiter gentilis) o el Gavilán (A. nisus). O los abundantes Ratoneros y las Águilas Calzadas, muy ligadas también a los bosques.

     Por la noche, desde los roquedos serranos, en las noches frías del invierno, se pueden escuchar a las rapaces nocturnas, entre las que destaca el Gran Duque, el Búho Real (Bubo bubo), que proclama su territorio, o al Cárabo (Strix aluco).

     Entre los mamíferos, el grupo de los carnívoros comparte con las rapaces el vértice de la pirámide trófica de los ecosistemas forestales típicos de las sierras murcianas, no pudiendo ser por tanto tan abundantes como sus presas. Pese a numerosas amenazas que desde hace años se ciernen sobre ellos, caza, lazos, venenos, atropellos…, aún podemos contemplar en Murcia al esquivo Gato Montés (Felis sylvestris), la Gineta (Genetta genetta) o la Garduña (Martes foina). También abundan los Jabalíes (Sus scrofa), y son habitantes habituales los Zorros (Vulpes vulpes) y los Tejones (Meles meles).

     Pero quizá los representantes más típicos de nuestras sierras sean el Piquituerto (Loxia curvirostra), que se alimenta de los piñones que extrae de las piñas, la Ardilla (Sciurus vulgaris) que tiene la misma dieta o la Cabra Montés (Capra hispanica), que recorre con facilidad los relieves más escarpados de las sierras murcianas. Entre los anfibios, la Salamandra (Salamandra salamandra), o el Sapo Partero Bético (Alytes dickhillenii) y el Partero Común (A. obstetricans), sólo se presentan en los relieves de mayor altitud y humedad del Noroeste, Altiplano, y Espuña, que aparece como una isla de clima, vegetación y fauna. Entre los reptiles destaca la Víbora hocicuda (Vipera latasti) como la especie más ligada a las sierras, estando presente en casi todas las de la geografía murciana: La Pila, Ricote, Muela, Espuña, Revolcadores, Salinas, Carche…

     Muy ligados a los bosques aparecen el grupo de los Páridos: Herrerillo capuchino y común, Carbonero común y garrapinos, Mitos, Reyezuelos sencillo y listado, Pinzones, común y el más raro Pinzón real, etc., que recorren en grupos durante el invierno, en busca de insectos y orugas para alimentarse. Las Currucas como la carrasqueña, típica de estos ecosistemas, o los Zorzales, entre los que destaca durante el invierno, el Mirlo Capiblanco (Turdus torquatus) típico de las zonas más altas de las sierras de Espuña o Revolcadores.

     Ligado a los roquedos se puede ver en invierno una joya ornitológica, el Treparriscos (Tichodroma muraria), que aparenta casi una mariposa con su nervioso vuelo, y que deja ver el diseño rojo y negro de sus alas cuando las abre sobre las paredes rocosas en busca de los insectos que constituyen su alimento.

     Entre los invertebrados, destacar al grupo de los Lepidópteros, las mariposas, por la gran cantidad de especies endémicas o de distribución restringida: Aricia morronensis morronensis, Cupido carswellii, Pseudochazara hippolyte y Chersotis margaritacea espunnensis, son heteróceros (nocturnos) endémicos de Sierra Espuña, sierra en la que parece concentrarse el 70% de las especies que aparecen en toda la región.

     Por último, hacer notar el enorme daño que producen las especies exóticas que, introducidas con diferentes fines, hacen a la fauna autóctona. Entre ellas destaca la introducción del Arruí o Muflón del Atlas, para trofeos de caza en Sierra Espuña, y que se ha reproducido y extendido a numerosas otras sierras de Murcia y de otras provincias. Su erradicación sería un alivio para las numerosas especies de plantas que elimina, y para el grupo de las mariposas que se alimenta de ellas. La investigación sobre fauna que llevan a cabo asociaciones como ANSE o la propia Universidad de Murcia, son fundamentales para conocer y conservar los valores naturales de nuestras sierras.