En la actualidad, una de las principales causas de mortalidad de la fauna silvestre es el uso de cebos envenenados en el medio natural. Las especies murcianas no están libres de sufrir sus consecuencias.

El uso de cebos envenenados es una práctica que se implantó para combatir depredadores como las rapaces, zorros, lobos, linces y otros carnívoros. Incluso se impulsó la erradicación de animales silvestres catalogados como dañinos mediante Decreto, en 1953.

Inicialmente, el uso de veneno estaba ligado a la gestión cinegética, aunque posteriormente se extendió su empleo a otras actividades rurales: agricultura, apicultura, colombicultura y ganadería. Se intentaban eliminar, así, a los seres vivos que interferían con estas actividades económicas.

Al poco tiempo, la población y las administraciones comienzan a ser conscientes de la problemática que conlleva este método nada selectivo y peligroso, ya que se constatan intoxicaciones de animales domésticos e inclusos humanas, además de verse reducidas drásticamente las poblaciones de especies actualmente protegidas. Se puede decir que el uso de cebos envenenados llevó a algunas especies como el quebrantahuesos, alimoche, águila imperial, buitre negro y lince ibérico al borde de la extinción.