Multitud de peces de colores se alojan entre los corales del pecio
Multitud de peces de colores se alojan entre los corales del pecio
Murcia enclave ambiental

    Los restos del Sirius se encuentran esparcidos alrededor del Bajo de Fuera, cerca de Cabo de Palos, zona declarada reserva marina integral desde 1995 donde sólo se permiten algunos tipos de pesca artesanal. Algunos restos del buque, como las calderas y diversas planchas del casco, se encuentran diseminados por la cara oeste del bajo, a lo largo de una pendiente suave donde predominan las gorgonias y otros invertebrados filtradores. La popa se encuentra a unos 47 m de profundidad. La proa se encuentra en la cara este, pared vertical de mar abierto, a 70 m de profundidad, junto a los restos de otras embarcaciones que sufrieron la misma suerte que el Sirius. Cuando tomamos esta impresionante caída el paisaje submarino cambia radicalmente. De los tonos verdes y azulados, se pasa a los matices anaranjados intensos de las paredes pobladas por los pólipos de Astroides calycularis y Parazoanthus axinellae, esponjas de todo tipo y formas, gorgonias (Paramuricea sp., Eunicella sp., etc.) y otros organismos teñidos de rojo como ascidias, nudibranquios o babosas de mar y briozoos.

    Debido al tiempo transcurrido desde su naufragio en 1906 y a los fuertes temporales de levante que azotan la zona de cabo de Palos, la parte central del barco se encuentra diseminada en miles de grandes fragmentos donde buscan cobijo una inmensidad de peces como congrios, morenas, corvallos y meros. Tras los mencionados fragmentos a través de una columna de tres colas y bancos de bogas y sargos, se desciende a un verdadero bosque de gorgonias junto a estrellas de mar, donde destaca por su cada vez más escasa presencia la estrella púrpura Ophidiaster ophidianus.

    No hay duda de que los fondos rocosos son los que albergan una mayor biodiversidad y belleza paisajística, pero en ocasiones, como ocurre con los pecios, miles de bloques de metal bastan para albergar tanta diversidad. Las comunidades esciáfilas, o también conocidas como de penumbra, que se encuentran entre este amasijo de hierro, son muy abundantes y, debido a su belleza y gran riqueza cromática, se convierten en todo un atractivo para la vista de cualquier submarinista. Normalmente se encuentran en entradas de cuevas o paredes verticales a profundidades comprendidas entre los 20 ó 40 m, aunque cualquier superficie, sea de la naturaleza que sea, puede albergar vida.

    En las comunidades esciáfilas podemos encontrar un gran muestrario de especies ligadas a estos oscuros ecosistemas como anémonas incrustantes amarillas, esponjas de mar de distintas formas y colores, gusanos poliquetos como Protula sp., Serpula sp., caracolas, como la cada vez más escasa cauri o porcelana, ascidias, esponjas arborescentes y un largo etc. Además de las especies sésiles hay también un gran número de especies que se desplazan de un lado a otro como los pulpos de manchas blancas o el pulpo común, equinodermos y un gran número de peces como apagones, castañuelas, sargos y morenas.

    En los alrededores, aparte de los seres vivos que los ocupan, se suelen producir visitas de especies pelágicas que aprovechan la gran cantidad de vida que encierra el barco para alimentarse. Se pueden encontrar grandes bancos de lechas, dentones, espetones o espáridos, junto con tortugas marinas, como la tortuga boba, grandes meros o peces luna. El buceo autónomo en la zona requiere previa autorización.