Figura 3. Los fondos de cabo Cope albergan comunidades y especies de alto valor que justifican su protección
Figura 3. Los fondos de cabo Cope albergan comunidades y especies de alto valor que justifican su protección
Juan Carlos Calvín

     En el conjunto de propuestas que se comentan a continuación las hay que inciden sobre las especies, las hay que inciden sobre determinados espacios y las hay que inciden sobre la concienciación de los ciudadanos, pretendiendo que se complementen entre si.

     Se propone que las especies que se señalan a continuación sean incluidas en el Catálogo de especies amenazadas de la Región de Murcia como especies vulnerables y se redacten los respectivos planes de conservación.

     Las algas: Phymatholithon calcareum, Laurencia papillosa y todas las especies del género Cystoseira (C. stricta, C. compressa, C. zosteroides, C. ercegovicii, etc.). Las fanerógamas: Posidonia oceanica, Cymodocea nodosa, y Zostera noltii. Las esponjas: Axinella polypoides, Hemimycale columella y Spongia agaricina. Los cnidarios: Paramuricea clavata, Eunicella singularis, Eunicella verrucosa, Lophogorgia sarmentosa, Gerardia savaglia, Dendrophyllia ramea, Leptosammia pruvoti, Astroides calycularis y Cladocora caespitosa. Los moluscos: Dendropoma petraeum, Lurida lurida, Erosaria spurca, Charonia lampas, Lithophaga lithophaga, Pinna nobilis y Pinna rudis. Los crustáceos: Homarus gammarus, Palinurus elephas, Scyllarides latus, y Scyllarus arctus. Los briozoos: Aldeonella calveti y Sertella septentrionalis. Los equinodermos: Ophidiaster ophidianus, Astropecten aranciacus, Luidia ciliaris, Centrostephanus longispinus, y Paracentrotus lividus. Los peces: Hippocampus guttulatus, Hippocampus hippocampus, Epinephelus marginatus, Epinephelus costae y Epinephelus caninus. El reptil: Caretta caretta. Los mamíferos: Delphinus delphis, Tursiops truncatus y Globicephala melas.

     Se debe emprender lo más urgentemente posible una protección en consonancia con el valor ecológico de cada tramo de costa y así las zonas de valor ecológico muy alto y alto (Mapas 1, 3, 4 y 5) deben quedar acogidas a figuras legales que aseguren una protección alta de las mismas. En cuanto a las zonas de valor ecológico medio (Mapa 6), la figura legal debe asegurar una protección media que evite una cada vez mayor degradación de la zona, y serán las zonas de valor ecológico bajo y muy bajo las que se dejarán bajo la protección de carácter general que confiere la normativa general existente.

     Hay que destacar que las zonas de valor ecológico muy alto y alto de nuestro litoral reúnen todos los requisitos medioambientales que internacionalmente se tienen en cuenta para seleccionar las áreas de interés. De tal forma que tienen una alta "diversidad" de hábitat y especies y una alta "naturalidad", al ser zonas suficientemente alejadas de núcleos urbanos, siendo muy escasa la antropización de los mismos. Constituyen una buena "representación" de las biocenosis (supra, medio, infra y circalitoral) bentónicas mediterráneas. Tienen suficiente “extensión” para asegurar el desarrollo de las especies o comunidades que albergan. Tienen un alto "valor potencial" como posibles zonas de recuperación de especies muy castigadas. Acogen especies o biocenosis cuyo alto desarrollo ("rareza") necesita de las zonas tal como están para poder permanecer y no ser sustituidas por especies o biocenosis más oportunistas o cosmopolitas. Tienen un "atractivo intrínseco" en función de los diferentes usos que se pueden llevar a cabo una vez protegidos (científico, educacional, ocio, cultural, etc.)

     Es por todo lo anterior que se considera necesario que las zonas de muy alto valor ecológico que quedan sin proteger, Isla del Fraile (Mapa 4), Cabo Cope (Mapa 4) y Cabo Tiñoso, sean declaradas igualmente reservas marinas. Con ello, además de la conservación de los tramos costeros en cuestión, se estaría facilitando la recuperación de las especies amenazadas, en especial las explotadas por la pesca, en todo el litoral de la Región, ya que esta cadena de áreas protegidas permitiría a las especies poder recuperar sus poblaciones y repoblar los tramos costeros entre reservas.

     Por su parte, en el ámbito de la educación y concienciación ciudadana deben emprenderse campañas divulgativas en las que se destaque el alto valor que tienen determinadas especies, comunidades, entornos y porciones de litoral y el deterioro que puede acarrearles determinadas conductas cotidianas. En esta línea, es imprescindible que las diferentes administraciones regionales sean las primeras en concienciarse del alto valor ambiental de nuestro litoral y de su fragilidad y servir de ejemplo a los ciudadanos en la defensa de estos valores, cosa que no sucede en más ocasiones de las que debiera.

Juan Carlos Calvín