6. Playa del Castellar - Cala del Tabaco
Diferentes tramos de costa considerados
1. Punta Parda - Punta Cambrón
2. Punta Cambrón - Punta del Sombrerico
3. Punta del Sombrerico - Cala Leña
4. Cala Leña - Playa del Ballenato
5. Playa del Ballenato - Playa del Castellar
6. Playa del Castellar - Cala del Tabaco
7. Cala del Tabaco - Arco de Cabo Tiñoso
8. Arco de Cabo Tiñoso - Cala Barranco de La Muela
9. Cala Barranco de La Muela - Algameca grande
10. Algameca grande - cerca de Cabo de Aguas
11. Cerca de Cabo de Aguas - Playa de Portmán
12. Playa de Portmán - Punta Negrete
13. Punta Negrete - Playa Las Amoladeras
14. Playa del Arenal - Playa Perla de Levante
15. Playa Las Amoladeras - Playa El Pedrucho
16. Playa Perla de Levante - Rambla del Albujón
17. Playa El Pedrucho - Playa Las Brisas
18. Rambla del Albujón - Playa La Hita
19. Playa Las Brisas - Ensenada del Esparto
20. Ensenada del Esparto - Playa de La Llana
21. Playa de La Llana - Playa de El Mojón
Si nos sumergimos en algún lugar de este tramo de litoral, encontraremos una distribución de roca, arena y paisajes muy semejante.
En los acantilados, la roca se adentra en vertical hasta una profundidad variable que no sobrepasa los 2 m, apareciendo a continuación en algunos tramos una franja de bloques rocosos de diferentes tamaños, acumulados de forma irregular unos sobre otros y que llegan hasta una profundidad variable que no suele sobrepasar los 5 m.
En este entorno rocoso podremos disfrutar del paisaje de rompiente, cuya observación la podremos hacer paseando por el acantilado o nadando con gafas y tubo en superficie, siendo esta última la única forma de poder observarlo en los tramos costeros de acantilado vertical. Ya sumergidos, el paisaje que nos envuelve será el de roca bien iluminada (figura 8), pero si nos asomamos entre los bloques de la roca, sus paredes verticales y las grietas, cuevas, túneles y extraplomos que se han conformado al apoyarse unos bloques sobre otros, albergan los paisajes paredes verticales y cuevas, extraplomos y grietas, aunque este último paisaje suele estar algo empobrecido en estos fondos tan superficiales.
Los paisajes que aparecen a continuación de la roca son: arenales superficiales (figura 4), césped de Cymodocea nodosa (figura 7), pradera de Posidonia oceanica (figura 9) y fondos detríticos (figura 5). La franja de profundidades en la que se distribuye cada paisaje es variable, aunque la pradera, por el enterramiento que experimenta por los abundantes sedimentos vertidos por las ramblas, suele terminar sobre los 18-19 m en la primera parte del tramo y entre 20-22 en la segunda (figura 6). Estos paisajes son los que aparecen también en las numerosas calas y playas de este tramo costero, en las que precediéndolos aparece también el paisaje de arenales de rompiente propio de fondos sueltos.
Isla de Adentro
Un canal poco profundo la separa de la costa y es en su cara noroeste y enfrentada a dicha costa donde se encuentra la pequeña playa de la isla. El resto de su perímetro es acantilado, que gana en altura y verticalidad según se recorre la isla hacia su cara sur. La batimetría de los fondos que la rodean ganan profundidad en la misma dirección en la que los acantilados se hacen más agrestes.
Si nos sumergimos en algún punto del perímetro de esta isla nos vamos a encontrar una distribución de roca, arena y paisajes semejante.
En los acantilados, la roca se adentra en vertical hasta una profundidad que varia desde los cerca de 2 m en la cara noreste a los 8 m en la sur, apareciendo a continuación, sólo en su perímetro más externo, una franja de bloques rocosos de diferentes tamaños, acumulados de forma irregular unos sobre otros y que llegan hasta una profundidad variable de hasta 15 m.
En este entorno rocoso podremos disfrutar del paisaje de rompiente, ya lo observemos paseando por el acantilado o nadando con gafas y tubo en superficie, siendo esta última la única forma posible de observarlo en los tramos de acantilado vertical. Ya sumergidos, el paisaje que nos envuelve será el de roca bien iluminada (figura 2), pero si nos asomamos entre los bloques de la roca, sus paredes verticales y las grietas, cuevas, túneles y extraplomos que se han conformado al apoyarse unos bloques sobre otros, albergan los paisajes paredes verticales y cuevas, extraplomos y grietas (figura 3), aunque este último paisaje suele estar algo empobrecido en estos fondos tan superficiales.
Los paisajes que aparecen a continuación de la roca son: arenales superficiales (figura 4), césped de Cymodocea nodosa (figura 7), césped de Zostera noltii (figura 1) y pradera de Posidonia oceanica (figura 9).
Juan Carlos Calvín