Cuando hace unos años me introduje en el singular mundo de los gusanos de seda, lo primero que llamó mi atención fue su capacidad de comer hoja de morera, su voracidad. Nunca olvidaré aquella primavera del año 1997 en que crié en casa unos 2.000 gusanos y que, por las noches, no nos dejaban dormir ni a mi mujer ni a mí por el ruido que hacían al comer.
El gusano de la seda pesa al nacer aproximadamente medio miligramo y, en unos 30 días, puede alcanzar los 5 gramos. Este incremento supone aumentar su peso unas 10.000 veces en un mes! Para hacernos una idea la enormidad que supone este crecimiento pensemos que equivaldría a que un niño que al nacer pesase 4 kilogramos, en su primer mes de vida, alcanzase el peso de una ballena cachalote adulta, es decir, unos 40.000 kilogramos.
Pero aún hay más, esta sorprendente ganancia de peso la consigue comiendo única y exclusivamente un alimento, la hoja de morera, de la que comen y comen casi sin parar durante las 24 horas del día durante un mes, nada distrae su atención. Tan sólo unos cuatro días a lo largo de este mes de su vida como larva paran de comer hoja, en los períodos que se conocen como 'dormidas'. Parece, como si quisieran con este proceder, respetar la palabra de Dios en el Génesis 'y al séptimo día descansó'.
Se calcula que las larvas que nacen de una onza de simiente (30 gramos de huevos) son capaces de comerse entre 900 y 1200 kilogramos de hoja de morera, es decir, unas 18 moreras de gran porte aproximadamente.
