Filo: Cnidaria (cnidarios: corales, medusas, anémona e hidras).

Los cnidarios constituyen un conjunto de animales muy poco evolucionados, que poseen tejidos, pero carecen de órganos propiamente dichos, salvo los relacionados con la reproducción.

Dentro de este filo se agrupan a animales que presentan aspectos muy diversos pero emparentados evolutivamente entre sí, que poseen: simetría radial, una cavidad central con un único orificio, que actúa tanto de boca como de ano, el blastoporo, y un cuerpo blando, más o menos circular, del que parten numerosos tentáculos, que suelen poseer células urticantes (cnidoblastos) que dan nombre al filo.

Pueden tener en algunas etapas de su vida esqueleto calcificado, que determina la facilidad para fosilizar, como los corales, o carecer de él como las medusas, cuyos fósiles son muy escasos a nivel mundial.

En este apartado nos centraremos en la superclase de los antozoos y dentro de ellos en la subclase de los escleractinios (hexacoralarios), perteneciente a la clase de los zoantarios. Son corales que aparecieron en el Mesozoico y persisten actualmente. Caracterizándose por presentar un pólipo que posee un esqueleto calcificado denominado polípero, o muchos pólipos que comparten un esqueleto común denominado corallum, formado por numerosos poliperitos unidos entre sí, que en ambos casos presentan la inserción de tabiques carbonatados verticales (septos) intercalados entre cada dos existentes previamente. Se caracterizan por poseer un número de septos divisibles por 6, que aparecen en varios ciclos, cada uno con los septos de igual longitud y grosor que disminuyen conformen pertenecen a ciclos más jóvenes.

Modo de vida

Los escleractinios son un grupo de corales que aparecen en los mares de principios del Mesozoico y que al igual que otros corales poseen un exoesqueleto muy poroso y mineralizado por carbonato de calcio en forma de aragonito. Por lo que estos animales viven fijados al fondo marino (sésiles), donde se alimentan principalmente de las partículas orgánicas en suspensión y del plancton que atrapan con los tentáculos, e incluso algunos de ellos de pequeños peces o invertebrados. Se pueden reproducir sexualmente, liberando los gametos en el agua, lo que origina larvas (plánulas) que pueden nadar hasta que se fijan a un sustrato, o asexualmente por gemación y división.

Los corales ahermatípicos no viven en simbiosis con algas y no llegan a formar verdaderos arrecifes coralinos, ya que la mayor parte de ellos no forman colonias, por lo que se suelen denominar como solitarios y pueden haber vivido en diversos ambientes marinos; desde aguas cálidas a frías y desde aguas someras hasta profundidades de  6.000 m. Mientras que los corales  hermatípicos viven en simbiosis con algas zooxantelas, las cuales contribuyen a la eliminación de sustancias de desecho del coral y le aportan numerosos nutrientes y colaboran en la formación del esqueleto carbonatado induciendo la precipitación de carbonato cálcico. Por lo que se ven obligados a vivir en aguas de salinidad normal, limpias, oxigenadas y con temperaturas normalmente comprendidas entre 25 y 29 ºC, y a poca profundidad, normalmente entre 25 y 1 m. Están restringidos actualmente a mares y océanos comprendidos entre los 30º de latitud Norte y los 27º de latitud Sur.

Interés científico

La mayor parte de los corales fósiles poseen un interés escaso como fósiles guía, pero un interés extraordinario desde el punto de vista sedimentológico, paleoecológico y paleogeográfico, ya que nos informan con gran exactitud de las condiciones ambientales existentes en los antiguos mares, del clima reinante en épocas pasadas, de los constantes ascensos y descensos del nivel del mar, de la línea de paleocostas e incluso de la duración de los años en el pasado.

Fosilización

El esqueleto carbonatado de los corales predispone una gran facilidad para su conservación y posterior fosilización, que solamente conlleva una transformación del aragonito que lo forma en calcita. No obstante, se han encontrado en la región esqueletos de coral fosilizados parcialmente en óxidos de hierro, y en calcedonia y ópalo, por la sustitución del carbonato de calcio por sílice, como ocurre con algunos corales de la sierra de Carrascoy, de Mula o de Fortuna.

Localización

En la región de Murcia se han localizado corales ahermatípicos solitarios o coloniales en rocas con edades comprendidas entre el Jurásico y la actualidad. Siendo relativamente abundantes en algunos yacimientos del Cretácico inferior de Jumilla y del Eoceno de Sierra Espuña. Pero los primeros corales hermatípicos, que forman auténticos arrecifes coralinos, pueden ser observados en el Cretácico inferior del prebético de Moratalla y Jumilla.

Este último tipo de corales formaron arrecifes de espectacular desarrollo en los mares cálidos de finales del Mioceno (Tortoniense y más discretamente en el Messiniense). Muy bien representados en las cuencas neógenas de Fortuna, Lorca y Mula, donde aparecen bioconstrucciones coralinas que llegan a superar los 50 m de potencia. Pero también aparecen en otras zonas de la región, habiéndose localizado más de 60 arrecifes actualmente, que bordeaban las antiguas costas e islas de hace entre 10 y 7-5 millones de años, algunos de los cuales aparecen descritos en el apartado de Lugares de Interés Geológico.

Criterios de clasificación

Dentro de la “simplicidad” que poseen los esqueletos coralinos, su clasificación es muy complicada, ya que como ocurre con otros grupos de organismos fósiles, no se basa en la morfología del esqueleto, la cual depende en numerosas ocasiones de las características del medio en el que vivían (cantidad de luz, intensidad de agitación de las aguas, cantidad de sedimentos que se depositaban,….), pudiendo aparecer un mismo organismo con formas globosas, incrustantes, en plato o ramificadas. Por lo que dicha clasificación se basa en la estructura interna del esqueleto, para lo que suele ser necesaria la realización de secciones pulidas y de láminas delgadas seriadas, para el estudio detallado de la morfología interna de los políperitos al microscopio. Por ello se recomienda a los interesados la lectura de libros especializados.

 

  

Curiosidades

Los corales amortiguan el efecto invernadero ya que utilizan el CO2 disuelto en el agua para formar carbonato de calcio (C03Ca), fenómeno que debemos de tener presente, ya que arrecifes de coral actuales cubren más de 28.000 km2.

La parte orgánica del coral es el pólipo, vocablo que proviene de la palabra griega “pólipos”, que significa muchos pies.

Según el geólogo Carlos Santisteban, profesor de la Universidad de Valencia, en Murcia y más concretamente en Fortuna se encuentra uno de los arrecifes fósiles de mayor altura de Europa.

El conjunto de arrecifes de coral más grande de la Tierra es la Gran Barrera de Coral Australiana, que se extiende a lo largo de unos 2.600 kilómetros.

Los arrecifes coralinos son los ecosistemas que presentan mayor biodiversidad, presentando más de 100.000 especies conocidas de seres vivos y se cree que podrían ser más de 500.000.

Algunos corales poseen usos farmacológicos ya que son fuente de sustancias antiinflamatorias y antibióticas, como las prostaglandinas que regulan la presión sanguínea, la actividad del aparato digestivo o la coagulación de la sangre entre otras muchas.

Una de las principales causas que está provocando la destrucción de los arrecifes coralinos, aparte del ser humano y el fenómeno del “niño”, es la proliferación de la estrella de mar corona de espinas (Acanthaster planci) que  se alimenta de los corales.

Corales ahermatípicos más comunes

En este apartado se han incluido diversos corales muy comunes en otras comunidades y presentes en numerosas colecciones privadas y de centros educativos.

Placosmilia: Coral solitario de morfología cónica, comprimida y curvada, su tamaño varía entre 1 y 12 cm de longitud y anchura (por 0´5 a y 5 cm de grueso en la parte superior del cáliz. Los septos confluyen a una zona central deprimida y alargada (columnilla) y posee una muralla bien marcada y estriada, siendo su ápice curvo. Muy abundante desde el Cretácico superior hastael Eoceno.

Diploctenium:Coral colonial de reducido tamaño, cuya morfología recuerda a un abanico chino con unos 3-5 cm de radio y un grosor de 0´2 a 0´5 cm. Cretácico superior.

Cyclolites (Sin: Cunnulites, Connolites): Solitario de morfología discoidal o cupulada y contorno más o menos elíptico de entre 2 y 6 cm de diámetro. En la parte superior presenta numerosos septos que confluyen en una depresión alargada, la parte inferior es plana o algo cóncava y presenta una muralla con fuertes estrías de crecimiento. Vivió desde el Cretácico al Eoceno y aparece descrito en el levante peninsular.

Cycloseris (Sin: Funginellastrea): Solitario de morfología discoidal plana y contorno redondeado de unos 2 a 5 cm de diámetro y unos 3 a 5 mm de grosor. Parte superior con septos marcados y separados que confluyen en una columnilla circular u ovalada. Parte inferior plana o algo cóncava con muralla con estrías de crecimiento, en muchos ejemplares suele ir asociado a un protozoo (Asterodiscussp.).  Aparece en el Cretácico medio y persiste actualmente en mares cálidos. Habiéndose descrito en el Levante.

Montlivaltia: Solitario de morfología trocoide a cilíndrica, con un diámetro de 1 a 5 cm, y longitud comprendida entre 0´5 y 10 cm. Cáliz redondeado con numerosos setos finos y con bordes dentados y lados granulosos. Muralla fina y desarrollada, columnilla fina, redondeada y deprimida. Triásico medio - Cretácico superior. En la región es el coral solitario más abundante especialmente en algunas zonas de Jumilla y Moratalla.

Corales hermatípicos más comunes en la región:

Tarbellastrea (Tarbellastraea): Colonial masivo, globoso, incrustante o ramificado, con políperitos circulares de unos 3´5 mm relativamente espaciados, separados por una muralla bien desarrollada. Muy abundante en el Mioceno superior de Murcia.

Porites: Colonial masivo, globoso, incrustante o ramificado, con diminutos políperitos (2-1 mm), con unos 12 septos gruesos. Aparece en el Eoceno y persiste en laactualidad, siendo el mayor formador de arrecifes de los mares tropicales actuales. Muy común en Murcia, donde aparece asociado al género Tarbellastreaformando calizas arrecifales en el Mioceno superior.

Dendrophyllia: Coral ramificado o lobular con muralla gruesa muy desarrollada. Políperitos muy separados unos de otros, redondeados, grandes (0´5 – 1 cm) septos marcados, gruesos y espaciados (Eoceno - actual). En la región solamente han sido localizados algunos restos en el Mioceno superior de Mazarrón y Águilas.

Otros corales hermatípicos descritos en la región son: Diplogyra, Polyphylloseris, Actinaraea y Dimorphastrea en el Cretácico inferior; y Platygyra, Solenastrea, Siderastrea y Montastrea en el Mioceno superior.