Itinerario 1

El itinerario discurre, en un principio, por depósitos cuaternarios continentales, a veces fuertemente cementados por la precipitación de carbonatos procedentes de la disolución de las calizas jurásicas, llegándose a formar costras calizas o caliches, que pueden ser observados en las inmediaciones de la casa situada cerca de la ensenada de la Fuente. Estos depósitos representan abanicos aluviales, coluvios y restos de glacis de diferentes épocas (Pleistoceno-Holoceno), que a veces, al estar erosionados dejan ver el sustrato infrayacente, compuesto por las cuarcitas y filitas multicolores (verdes, azuladas, violetas, etc.) de edad paleozoica (poseen más de 250 millones de años), pertenecientes al complejo Alpujárride. Se trata, respectivamente, de antiguas arenas silíceas y arcillas metamorfizadas.

En el contacto con las calizas, que originan el cabo, las filitas y cuarcitas son sustituidas por arcillas rojas apenas metamorfizadas y muy caóticas, que intercalan areniscas con laminación cruzada y yesos. Que se interpretan como depósitos continentales de lagunas salobres, adyacentes a zonas marinas, bajo un clima seco y cálido durante el Triásico inferior (250-245 millones de años). Estos materiales son la base del cabalgamiento Maláguide sobre el Alpujárride, dichas arcillas suelen estar tapadas por sedimentos cuaternarios, por lo que su observación es difícil sino se sigue el contacto entre los dos complejos tectónicos.

Posteriormente, el trayecto discurre por el relieve montañoso originado por calizas, dolomías, conglomerados y areniscas calcáreas del Jurásico inferior (cerca de 205-180 millones de años), que representan los restos de una antigua plataforma carbonatada marina, que debió estar parcialmente emergida en algunas etapas del Mesozoico, siendo sometida a importantes procesos de erosión. Estos materiales carbonatados forman un acuífero impermeabilizado en su base por las filitas, dando lugar en épocas lluviosas a fuentes como la de la Ensenada  de la Fuente.

En las calizas se puede observar la presencia de carstificaciones; que se han generado por disolución de estas rocas por el agua de escorrentía cargada de CO2, dando abrigos, simas, galerías y lapiaces desnudos en surco. También se observan algunas morfologías, poco espectaculares, generadas por la precipitación de los carbonatos anteriormente disueltos, originando depósitos modestos de falsa ágata en forma de coladas, medusas, crestas, estalactitas y estalagmitas.

En el extremo suroeste, en los últimos metros del recorrido vuelven a aflorar las arcillas y areniscas triásicas y en sus proximidades afloran unas dolomías y calizas en tablas del Triásico medio-superior (245 y 230 millones de años) ricas en restos de bivalvos y grietas de retracción, que nos informan de que se formaron en un medio marino poco profundo, con importantes etapas de emersión. Estas rocas afloran cerca de la zona acantilada por lo que no se recomienda su visita.

Desde el punto de vista recreativo y paisajístico, lo más destacable del recorrido es poder observar algunos endemismos botánicos y con suerte alguna tortuga mora, ¡y como no! la espectacular panorámica de la costa y de la depresión de Cope.   

Itinerario 2

En la base noroccidental de Cabo Cope aparecen, en clara discordancia con las filitas y cuarcitas, diversas rocas pleistocenas que rellenan la cuenca y afloran ampliamente hacia el norte.

Por un lado podemos observar conglomerados pardos o rojizos, que en las proximidades de la costa engloban cantos perforados por bivalvos litófagos, semejantes a los actuales dátiles de mar, y por algas y esponjas endolíticas (entobia), así como conchas de bivalvos y gasterópodos. Estas rocas representan antiguos abanicos aluviales cuyos sedimentos llegaban hasta la costa donde eran retrabajados por el oleaje y los organismos marinos (abanicos deltaicos), algunos de ellos están cementados en superficie por costras calizas o caliches, que representan los restos de antiguos suelos.

Estos depósitos, que se generaron en distintas épocas (desde el Pleistoceno inferior hasta el Holoceno) intercalan sus partes distales con los sedimentos marinos, indicándonos conjuntamente los ascensos y descensos del nivel del mar desde hace 1´5 millones de años aproximadamente, hasta la actualidad. Su estudio detallado nos informa de las posibles causas de esta oscilación de la línea de costa: elevaciones del terreno por causas tectónicas relacionadas con fallas, retroceso de las aguas marinas por el relleno de sedimentos de la cuenca, descenso del nivel del mar por acumularse parte de sus aguas en forma de hielo en los continentes y casquetes polares (periodo glaciar o frío),  ascenso del nivel del mar por el deshielo de los glaciares (periodo interglaciar o cálido), etc.  

Parada 1a: Abanicos deltaicos y glacis.

Como representantes de ellos podemos observar los conglomerados y areniscas pardo -  rojizas que afloran al sur de la torre, en las proximidades de las casas que hay al suroeste de la playa de la Ensenada, aunque durante el trayecto aparecen en diversas ocasiones intercalados entre las rocas marinas (Parada .3) aportando información detallada de la alternancia de ascensos y descensos del nivel del mar. 

Por otro lado, tenemos un conjunto de rocas areniscosas de color blanco que representan sedimentos marinos someros o litorales (antiguas playas y dunas eólicas), normalmente asociadas a periodos cálidos que generaban ascensos del nivel del mar. Son quizás estos materiales geológicos los que más información aportan sobre la evolución de la zona.

 Dentro de estos materiales encontramos rocas originadas en distintas épocas y en diferentes ambientes.

Parada 1b: Dunas del Pleistoceno superior.

Siguiendo el itinerario propuesto, cerca de los conglomerados anteriores, desde la playa de la Ensenada  y hasta la punta del Sombrerico, junto a la línea de costa, afloran unas areniscas blancas que representan pretéritas dunas eólicas (eolianitas), que originaban un cordón litoral hoy fosilizado. Se trata de antiguas arenas oolíticas marinas, cuyos granos se formaron por la precipitación de sucesivas capas de carbonatos alrededor de granos, en un ambiente marino somero y bajo un clima más cálido que el actual (periodo interglaciar). Algo parecido ocurre actualmente en la costa de Las Bahamas. Estas areniscas, en las que se ha localizado algunos ejemplares de Strombus bubonius cerca de la torre, fueron retrabajadas por el viento formando dunas eólicas, como indican las laminaciones que presentan y posteriormente estabilizadas por la vegetación, como se deduce de los rizolitos (estructuras cilíndricas más o menos verticales) existentes en las dunas, generadas por raíces. Finalmente fueron cementadas por aguas sobresaturadas en carbonatos que ascendían por fenómenos de capilaridad, lo que ha permitido su conservación.

Parada 1c: Lagoon del Pleistoceno superior - Holoceno

Si nos desplazamos desde la torre hacia el oeste  podemos observar una zona deprimida, actualmente ocupada por cultivos en gran parte. Con algo de suerte, en los márgenes o en alguna zanja realizada en ella, podremos observar unos sedimentos arcillo - limosos oscuros, que representan los restos de un antiguo lagoon (laguna costera), que se originó al incomunicarse progresivamente la zona con el resto de las aguas marinas, por la existencia del cordón dunar anteriormente visitado. Ello originó un ambiente parecido al actual Mar Menor, aunque de menor tamaño, donde las arcillas y limos sedimentaban al no existir oleaje, y los restos de seres vivos se acumulaban en su fondo, donde la ausencia de oxígeno permitió la acumulación de esta materia orgánica que da el color oscuro, como ocurre actualmente en los barros del Mar Menor.

Parada 2: Playas del Pleistoceno medio-superior.

Siguiendo el itinerario previsto hasta la punta del Sombrerico, podemos observar justo en la zona donde rompen las olas, capas de areniscas y  conglomerados con abundantes restos fósiles de algas, briozoos, equinodermos y moluscos (pectínidos, ostras, turritelas,…),  entre los que volvemos a localizar algunos ejemplares de Strombus bubonius en tres niveles diferentes de las areniscas, lo que informa de tres periodos interglaciares. Se trata de antiguas arenas de playa con gravas de cuarzo y dolomía, procedentes de la erosión de los relieves alpujárrides, que fueron llevadas allí por las ramblas que desembocaban en el mar. La presencia de Strombus bubonius, caracola que aun vive en las costas tropicales de Cabo Verde y Senegal, nos informa de la existencia de un clima cálido, al igual que durante la formación de las arenas oolíticas de la parada 1b.

Parada 3: Playas, depósitos deltaicos y continentales plio-pleistocenos.

Desde la punta del Sombrerico nos dirigiremos hacia el oeste y al cruzar la carretera encontramos los depósitos marinos más antiguos de la zona, son diversos tipos de areniscas y conglomerados de entre los que podemos destacar:

Areniscas amarillas poco cementadas, que a techo presentan arenas ricas en mica con fauna marina cálida (muy rica en restos de pectínidos); se trata de antiguas arenas con restos de moluscos marinos que se depositaron en fondos poco profundos y con aguas muy oxigenadas, bajo la acción de un clima cálido durante el Plioceno superior y sobre ellas aparecen las areniscas cementadas y conglomerados del Pleistoceno inferior- medio. En las areniscas amarillas se ha descrito la presencia de Strombus coronatus que marca el final del Plioceno, así como de numerosos restos de bivalvos, gasterópodos, equinodermos, briozoos y braquiópodos.

Las areniscas y conglomerados del Pleistoceno inferior-medio son sedimentos depositados en medios marinos someros (arenas), que englobaron gravas aportadas por las ramblas que desembocaban en el mar en esta época.

Con los materiales anteriores alternan conglomerados continentales de la misma edad,  que representan depósitos de antiguos abanicos aluviales, que avanzaban hacia el este en periodos fríos, como consecuencia del descenso del nivel del mar y retrocedían hacia el oeste en las épocas más cálidas (periodos interglaciares), cuando ascendía el nivel del mar. 

Desde la parada anterior podemos optar por seguir observando otros afloramientos de estos materiales existentes más al norte (paradas 3b) o volver al punto de partida.  Al norte de la rambla Elena aparece la serie regresiva más completa de la zona