Recursos geológicos, escalada, dunas submarinas

     La rambla continúa con su espectacular encajamiento entre rocas de calcarenitas, originando meandros de gran tamaño que se continúan aguas abajo hasta la casa de Perea. Esta casa está rodeada de pequeños bancales abandonados donde todavía aguanta algún granado. Una pretérita agricultura pausada, artesanal y de subsistencia, que aprovechó de forma sostenible los recursos geológicos de la zona. Los fértiles suelos de las terrazas, los fluvisoles, que la rambla fue generando por sus avenidas y el agua subterránea. Todavía hoy día hay una pila que aguanta el incansable chorro del agua surgida de las areniscas que antaño se derivó a ella. Cerca de esta casa el cauce de la rambla de Perea es truncado por una pequeña presa construida para prevención de avenidas, de la cual parte un túnel que derivaba el agua al pantano de la Cierva. En las paredes verticales del sur se pueden ver buenos ejemplos de fallas.

     A partir de aquí la rambla que hasta ahora tenía una dirección sureste, toma un curso rectilíneo de dirección noreste, dirección muy típica de las fallas de la región de Murcia. Continúa la senda por el centro del cauce, entre vegetación muy tupida y paralela a recientes terrazas fluviales, hasta llegar a unos escarpes verticales, donde se observan interesantes detalles geológicos:

  • Areniscas marinas que poseen fósiles de lamelibranquios, pistas de organismos marinos y rizaduras, ripples, originadas por el oleaje.

  • Fracturas que se han rellenado de calcita.

  • Una erosión preferencial semicircular, horizontal y paralela a la rambla. Son los antiguos canales subterráneos por donde circulaba el agua, antes de que se abriera la rambla.

  • Margocalizas, en el margen derecho, con un diaclasamiento muy fino que ha originado un piedemonte con gran cantidad de fragmentos recubiertos de pirolusita.

     Unos cuantos metros más adelante, la pared aún se hace más grande, impresiona a la vista, hasta tal punto que en ella se practica la escalada. Las huellas dejadas por los organismos marinos en estos fondos arenosos, es decir las bioturbaciones, y una erosión en alvéolos, son dos de los rasgos geológicos más característicos que adornan sus areniscas.

     A partir de aquí la rambla se ensancha y cambia su dirección de nuevo hacia sureste. En esta zona destacan amplias terrazas y un importante abrigo. Es una cueva socavada al erosionarse las margas intercaladas entre las areniscas. Esta cavidad, está desgraciadamente muy alterada pues fue utilizada como corral del ganado.

     Más abajo está el paraje de las casas de los Pavos y de la Cueva. Limitado también por areniscas marinas, ya las intercalaciones de margas son más abundantes. Este paso de areniscas a margas, este cambio de facies, nos indica que nos estamos sumergiendo en ambientes más profundos de ese extinto mar. Las terrazas fluviales son comunes, incluso hoy día se están aprovechando para el cultivo.

     El nombre de la casa de la Cueva se debe a que sus constructores aprovecharon otro gran abrigo natural realizado por los procesos geológicos externos en estas areniscas con el paso de los años. Esta vivienda, pese a la ilusión de sus dueños que ha quedado reflejada en el esmero de la construcción, está abandonada. Con la realización de esta obra quizás se perdió otro bonito rincón de la rambla, pues impide al visitante ver la cueva en su estado natural. Paradójicamente cuando estuvimos allí para hacer este lugar de interés geológico, había una libreta de algún niño, abierta por los apuntes sobre geología. Sobre esta casa sí se puede observar bien una impotente pared de areniscas que presentan laminaciones cruzadas. Estas capas, que se entrecruzan entre sí, fueron originadas hace unos siete millones de años por el agua del mar al desplazar las partículas de arena, son dunas submarinas.

     Este es un buen lugar para terminar parte del recorrido desde la cabecera de la rambla, bien saliendo a la carretera próxima que viene de Yechar, o bien retrocediendo y tomando un camino que asciende por la izquierda y que enlaza con la pista principal que va a la central hidroeléctrica.

     El tramo desde la casa de la Cueva hasta el puente de la carretera MU-530 es difícil de transitar y su geodiversidad es menos espectacular pues las areniscas marinas se van adelgazando hasta desaparecer. Destacan algunos desprendimientos de grandes dimensiones, erosiones diferenciales que dejan algunas caprichosas geoformas y unas megaestratificaciones de areniscas alabeadas que corresponden a grandes rizaduras submarinas (ripples). Cerca de la carretera, la rambla ya está dentro de las margas de la unidad III, sobre ellas queda una capa más dura, formada por conglomerados y travertinos de la unidad IV. Es agradable ver una pequeña balsa-mina donde se extrae el agua subterránea de la zona.