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     La confluencia de las ramblas de las Canteras y Hortillo con el río Guadalentín corresponde geológicamente al límite oeste de la gran cuenca terciaria de Lorca, que se extiende hasta Aledo. Aquí se observan muy bien dos de las formaciones que Guillén Mondéjar en 1995, en su tesis doctoral incluyó en la unidad tectosedimentaria 2: las formaciones Manilla y Peñones, ambas del Tortoniense inferior-superior bajo (entre 11-8 millones de años).

Formación Manilla. Constituida por areniscas calcáreas con abundantes lamelibranquios y calizas arrecifales. Corresponde a un ambiente marino somero. Se diferencia en el paisaje porque forman los relieves más importantes y por sus tonos amarillos y grises.

Formación Peñones. Corresponde a un magnífico delta que aportaba sedimentos a estos medios marinos transicionales. Esta formación se diferencia muy bien por el color rojo de sus rocas que son conglomerados, areniscas y arcillas.

Terrazas fluviales (Holoceno). Denominaremos así a todos aquellos sedimentos que están junto al cauce del río Guadalentín y rambla de las Canteras y Hortillo, pero que situados varios metros por encima del cauce actual. Primero su depósito y después el encajamiento de los cauces fluviales han dejado unas didácticas terrazas en este entorno.

     La excepcional conservación y observación de la diversidad geológica de esta zona permite transportarnos a unos 11 millones de años, y poder imaginarnos en aquel tiempo un mar somero y cálido, donde de vez en cuando un río aportaba sedimentos dando lugar a un extenso delta. Las condiciones para la vida en estas condiciones, aguas cálidas, cristalinas y someras dieron lugar a una gran biodiversidad y en los lugares donde los aportes del delta eran menos intensos a grandes edificios coralinos. El resultado de esta eclosión de vida son los importantes yacimientos paleontológicos que en la actualidad podemos observar.