Cresta de la cima del Cabezo del Carmolí. Se observan diaclasas perpendiculares a la colada que la han dividido en grandes bloques. En la ladera hay cantos sueltos que hacen peligroso el ascenso
Cresta de la cima del Cabezo del Carmolí. Se observan diaclasas perpendiculares a la colada que la han dividido en grandes bloques. En la ladera hay cantos sueltos que hacen peligroso el ascenso
F. Guillén Mondéjar
El vértice geodésico refleja que el volcán del Carmolí, con una altitud de 111 m, es un mirador de la Naturaleza excepcional de todo el entorno del Mar Menor [LIG Carmolí]
El vértice geodésico refleja que el volcán del Carmolí, con una altitud de 111 m, es un mirador de la Naturaleza excepcional de todo el entorno del Mar Menor
F. Guillén Mondéjar

    El trayecto que se recomienda empieza en el noroeste del volcán (Figura 1) y llega hasta la cima por la ladera oeste. El primer tramo, es quizás el más importante por su geodiversidad y facilidad de acceso. Es por tanto el más recomendable para usos didácticos con niños y personas mayores. Se accede por una senda apta para todos los públicos que asciende hasta las garitas militares, muy llamativas por su color blanco. Enseguida llamarán la atención las magníficas vistas al Mar Menor y a la Marina del Carmolí. En este primer tramo tenemos importantes coladas de aglomerados donde se pueden observar la composición mineralógica y petrológica y tamaño de sus clastos, imaginándonos la brutalidad de las erupciones. Podemos ver también depósitos de erupciones más tranquilas, niveles de cenizas, y, fijándonos con detalle, se encuentran depósitos tardíos hidrotermales, ópalo y calcedonia. Desde el punto de vista del patrimonio geológico quizás esta sea la zona más importante del volcán, fundamentalmente por los numerosos domos que aquí se generaron, algunos con unas disyunciones columnares de las mejores de la región de Murcia.

    El segundo tramo del recorrido propuesto. Discurre ya por la ladera occidental del volcán, hasta ascender al vértice geodésico, 111 m de altitud. El ascenso no es complicado si bien al no haber un camino y debido a la cantidad de piedras sueltas, existe riesgo de caídas, por lo hace sólo es recomendable para personas acostumbradas a andar campo a través. Pero la subida a la cima merece la pena pues nos reserva unas buenas recompensas. Las vistas del Mar Menor, de todo el campo de Cartagena y de la sierra minera son excepcionales. Los procesos erosivos por tafonización de las rocas volcánicas han dado lugar a unas caprichosas y fotogénicas oquedades. Resaltan en el paisaje por su dureza varios tipos de coladas, de piroclastos y de lavas, que en algunos tramos con diaclasas están compartimentadas en bloques. En las coladas de lava, bajo el vértice geodésico, se ha desarrollado una buena disyunción columnar semicircular, que evoca su lento enfriamiento.

    Por la ladera norte del volcán existen algunos caminos que dan acceso a las instalaciones militares hoy abandonadas. En este paseo podemos ver también la geodiversidad del volcán, pero sobre todo, se verá la relación entre la historia geológica de hace unos siete millones de años y la actividad humana. Lo que más llamará la atención es ver como los militares han utilizado este volcán, sobre todo al llegar a las bocas de los túneles que dan acceso a instalaciones militares subterráneas, es decir que parte del volcán está hueco. No es recomendable la entrada a los túneles por el mal estado de conservación y suciedad.

    Su patrimonio natural, sus instalaciones militares y su situación estratégica junto a zonas turísticas, otorgan a volcán del Carmolí la etiqueta de un recurso científico, educativo, cultural y turístico de calidad. Pero para ello es recomendable su acondicionamiento para la visita, con recorridos señalizados y carteles explicativos, la restauración de las instalaciones militares, e incluso ver la viabilidad de hacer en su interior un centro de interpretación de los volcanes del Mar Menor. Estas iniciativas ayudarían a valorar, disfrutar, y conservar este patrimonio geológico de todos los murcianos.