Figura 1. Situación, accesos e itinerario por el pueblo de Aledo
Figura 1. Situación, accesos e itinerario por el pueblo de Aledo
Antonio del Ramo

Un libro pétreo, un breve viaje en el tiempo

    El municipio de Aledo se encuentra geológicamente ubicado dentro de la cuenca neógena de Lorca, en su parte oriental, si bien también incluye materiales béticos. El recorrido propuesto permite hacer un viaje en el tiempo desde hace unos 20 Ma. hasta la actualidad, donde veremos como el mar era el medio soberano de este paraje natural (figura 1).

    Hace 20 millones de años, la orogenia Alpina produjo un viaje de centenares de kilómetros de un fragmento de corteza terrestre desde el centro del Mediterráneo que terminó chocando con la Península Ibérica, la Placa de Alborán. Esta colisión originó las montañas de la región de Murcia, como Sierra Espuña y una que ocuparía el centro del actual valle del Gualdalentín, hoy desaparecida. Este cataclismo ocasionó también importantes fallas como la Norbética y la Falla de Alhama de Murcia, que actualmente todavía origina terremotos. Estas montañas estaban separadas por depresiones cubiertas por el mar, formado un archipiélago de islas, por donde se comunicaba el océano Atlántico con el mar Mediterráneo, el denominado Estrecho Norbético. El paisaje que vemos desde el mirador de Aledo contiene rocas que se originaron en una de estas depresiones, la denominada cuenca de Lorca. Este entorno es un libro abierto con numerosos capítulos representados por las rocas de este bello paraje. Son numerosos geólogos de todo el mundo que han leído sus hojas y que han puesto nombre a sus capítulos, lo que ha permitido viajar en el tiempo y reconstruir la historia geológica de esta región. Desde el mirador del castillo de Aledo se pueden ver nueve conjuntos de rocas (figura 2), que los geólogos llaman formaciones, y que bautizaron con nombres toponímicos de Aledo y Lorca. El uso de estos nombres facilitará el entendimiento de los acontecimientos geológicos acaecidos y este itinerario geológico.

Bético (Paleozoico-Triásico). Las rocas más antiguas están en la ladera este de La Sierrecica, son rocas azules, con brillos muy intensos y que se originaron en zonas relativamente profundas de la corteza terrestre por incrementos presión y temperatura sobre arcillas. Se llaman filitas, se formaron hace 290 millones de años en el centro del Mediterráneo, el antiguo Thetis. Constituye el sustrato sobre el que se asientan las demás formaciones.

Formación Carraclaca (Langhiense-Serravaliense). Estas rocas de color rojo intenso son fragmentos de piedras de muy variada composición y tamaño, que se ven bajo el mirador, nos revelan que hace 16 millones de años el espacio creado por la falla Norbética al norte y la Falla de Alhama de Murcia al sur, la cuenca de Lorca, se fue rellenado por los sedimentos que traían los cursos de agua que nacían en esa antigua montaña que hoy ya no existe y que estaban en el centro del Guadalentín. Es muy espectacular ver los cauces de estos antiguos cursos en la rambla de Lébor.

Formación Manilla (Tortoniense inferior-superior bajo). Las areniscas calcáreas que forman el techo del Monte Villar, toda la ladera norte de la Sierra de la Tercia y la parte media del cerro de mirador de Aledo. Muestran que hace unos 11 millones de años la zona se hundió y fue cubierta por el mar. Tienen numerosos fósiles entre los que destacan los erizos, muy visibles en la rambla de Lébor.

Formación Carivete (Tortoniense superior alto). Las rocas amarillentas de aspecto terroso que forman la depresión central del paisaje, se llaman margas. Están formadas por la mezcla de arcilla y cal y tienen muchos fósiles marinos microscópicos que formaban el plancton de un mar profundo de hace nueve millones de años. En este instante se produjo el levantamiento de la sierra de la Tercia y el norte de la cuenca de Lorca, por los empujes entre las placas Africana-Alborán-Ibérica por la orogenia Alpina, quedando una zona hundida entre ambas donde se depositaron las margas.

Formación Aledo (Tortoniense superior alto). Son areniscas muy fosilíferas, que aparecen en las partes altas de La Sierrecica, el Cabezo del Molino y en el mirador, tienen intercalados numerosos arrecifes de coral. Los geólogos han deducido que debido a la progresiva incomunicación del Atlántico con el Mediterráneo, hubo una bajada del nivel del mar que originó en esta zona un medio costero con arrecifes y en un clima tropical.

Formación Nonihay (Tortoniense superior alto). Rocas detríticas, de color rojo, que fueron originadas por torrentes procedentes de Sierra Espuña y que desembocaban en las zonas costeras de este mar de hace 7 millones de años. Desde aquí se pueden ver en el Cabezo del Molino, donde existían magníficos ejemplos de este delta intercalándose con las areniscas de la formación Aledo, hoy desgraciadamente destruidos por la urbanización. El avance de este delta también se puede observar mirando hacia el noroeste junto a la carretera que une Aledo con la pedanía de Nonihay.

Formaciones Serrata (Messiniense). Hace unos 6 millones de años, el mar se retiró definitivamente de Aledo y de toda la cuenca de Lorca. Esta retirada del mar llegaría a ser tan importante que todo el Mediterráneo llegó a secarse, depositando gran cantidad de sales (yeso y halita) que se pueden ver en muchos sitios de Murcia. En la cuenca de Lorca los depósitos de sal siguen una franja de unos diez km. que empieza en Aledo, cerca de los Allozos, y que llega hasta la ciudad de Lorca, formando el relieve que le da nombre a esta formación, la formación Serrata. Estas rocas no se ven desde el mirador del Castillo.

Formación Torrealvilla (Messiniense-Plioceno). Tras la retirada definitiva del mar la zona seguía siendo una cuenca deprimida y continuó rellenándose por las ramblas que bajaban de Sierra Espuña y de la recién formada sierra de la Tercia. Se originó así un ambiente fluvio-palustre, con pequeñas charcas y llanuras de inundación que dejaron arcillas y margas de colores blancos y rojos y que hoy día podemos ver mirando hacia el oeste, en los campos que rodean la pedanía de Nonihay.

Formación Llano de las Cabras (Pleistoceno). Hace unos dos millones de años comenzó ha formarse uno de los mejores ejemplos de glacis de la Región de Murcia con una extensa y potente costra caliza, el Llano de las Cabras, generado por los regulares aportes detríticos y químicos de las ramblas que procedían de la cara suroeste de Sierra Espuña. Desde aquí se ve su límite oriental. Para su visualización frontal se recomienda ascender por la pista forestal de la cara norte de la sierra de la Tercia.

Formación Mauta (Holoceno). El hundimiento del valle del Guadalentín por los movimientos de las fallas como la de Alhama de Murcia, hizo que el entorno de Aledo quedase elevado y comenzase su erosión. Esta erosión, condicionada por la dureza de las rocas, por la tectónica, por el clima, por la comunicación de los ríos Guadalentín y Segura, por la fuerza esculpidora del agua y por la actividad humana, ha originado el paisaje actual con formas muy bonitas como la mesa de La Sierrecica, la cuesta del Cabezo del Molino, los barrancos de la rambla del Molino y la rambla de Lébor, un angosto desfiladero donde la naturaleza ha combinado todas sus herramientas, gea, agua, flora, fauna y actividad humana para formar uno de los más pintorescos parajes de esta región. En las laderas de estos relieves recién formados y en los cauces fluviales siguen depositándose actualmente sedimentos con buenos ejemplos de piedemontes, grandes bloques desprendidos, terrazas fluviales e incluso, el agua ha depositado su cal sobre la vegetación dejando petrificados las plantas que allí vivían y viven, en un bonito ejemplo de travertinos en la Cueva de la Mauta.