Bajo las areniscas permeables de Aledo están las margas marinas de la formación Carivete, impermeables. En el contacto entre ambas podemos encontrar agua [LIG Aledo]
Bajo las areniscas permeables de Aledo están las margas marinas de la formación Carivete, impermeables. En el contacto entre ambas podemos encontrar agua
F. Guillén Mondéjar
El pozo de los moros fue una galería para la captación de agua subterránea. Todavía hoy se acumula el agua como antaño [LIG Aledo]
El pozo de los moros fue una galería para la captación de agua subterránea. Todavía hoy se acumula el agua como antaño
F. Guillén Mondéjar

    Una vez familiarizados con el entorno geológico en el mirador del castillo, estamos en disposición de deleitarnos con el recorrido geológico que aquí se propone y observar las pruebas geológicas que avalan la concisa historia geológica anteriormente comentada.

    En primer lugar recomendamos seguir en el mismo mirador para ver las rocas sobre las que se asienta la torre del Homenaje del castillo, sobre todo en su cara sur, donde existen colonias de corales (Tarbellastraea sp.) perforadas por litófagos (bivalvos marinos que viven dentro de las rocas como los dátiles de mar) excepcionalmente conservada y fragmentos de ostras.

    Continua el recorrido bajando por unas escaleras en dirección hacia la calle de los Romanos, cerca del ayuntamiento, donde sin duda llamará la atención una estructura cilíndrica de ladrillo visto, es la única picota que se conserva en la región. Hecha a finales del siglo XVI, en ella se ataban a los reos o se clavaban sus miembros para el escarmiento público. Llamara la atención como las rocas con las que se han hecho los muros que sustentan el mirador están plagadas de fósiles.

    La calle de los Romanos es un hermoso mirador del lado oeste de Aledo, esculpida en la roca, en sus paredes se pueden observar los aportes terrigenos que el delta de Nonihay dejaba en las playas aledanas y tropicales. Aparecen abundantes organismos fósiles bien conservados como lamelibranquios (Ostrea sp., Pecten sp., Clhamys sp., Spondylus, Cardium sp. etc.), grandes equinodermos (Clypeaster sp.) y vastas acumulaciones de nummulítidos (Heterostegina sp.). Estos organismos en la mayoría de las ocasiones fueron transportados, rotos y amontonados por las sucesivas avalanchas de sedimentos que transportaban los torrentes que bajaban de Sierra Espuña. Prueba de ello es que si nos fijamos bien podemos observar embutidas en estas rocas de hace siete millones de años trozos, a veces de un tamaño considerable, de dolomías y conglomerados rojos mucho más antiguos, de 200 millones de años, rocas típicas del Bético que se encuentran por ejemplo en las proximidades del santuario de Santa Eulalia.

    Continuando por la calle nos llamará la atención, una capa oscura donde se han acumulado óxidos de manganeso y una pared de color blanquecino. En este caso, se trata de un plano de diaclasa por el que percolaba el agua cargada de bicarbonato cálcico y cuya precipitación ha dejado una bonita pátina de calcita en forma de falsa ágata. Un didáctico ejemplo para explicar el origen y procesos de yacimientos minerales.

    Seguimos el recorrido saliéndonos de la calle y bajando por un camino empedrado, recientemente realizado, que da acceso a una senda que nos permitirá rodear todo cerro de Aledo. Desgraciadamente la senda no está bien acondicionada para el uso de todos los públicos, e incluso en la cara este del cerro existen gran cantidad de escombros que nos impiden hacer un circuito circular. Aún así merece la pena, pues se hace un estupendo y cultural paseo por la base de las murallas del Castillo. En este recorrido se toma el primer contacto con las areniscas amarillas de la formación Aledo, formadas en payas limpias y cristalinas donde deambulaban infinidad de organismos en aquellos pretéritos tiempos. Todavía se pueden ver las huellas que dejaron los animales que aquí vivieron, tanto por sus las conchas fósiles como por las marcas que dejaron al reptar por el fondo marino y sobre todo al excavar galerías en el mismo, lo que se denomina bioturbaciones, algunas de casi medio metro. El tocar estas arenas, casi sin consolidar, es toda una experiencia porque en muchos lugares todavía están sueltas y nos podemos imaginar lo agradable que hubiera sido para nuestros pies el retozar por estos parajes tropicales. Sin darse cuenta el hombre, al realizar este paseo ha enriquecido mucho más el patrimonio geológico, las rocas que se han puesto para consolidar el camino del paseo, presentan unas magníficas cristalizaciones de pirolusita, que nos recuerdan a fósiles de plantas.

    Continuando el recorrido, y tomando la senda podemos deleitarnos con otros procesos geológicos hoy activos como la meteorización. Estos están moldeando estas paredes de varios metros, dejando bloques caídos, pequeños piedemontes, y magníficos ejemplos de marañas de oquedades que se denominan tafonis. Además coexisten buenos ejemplos de fallas que entrecortan los farallones de la formación areniscosa de Aledo.

    La relación agua y diversidad geológica es también palpable y útil en este recorrido. Bajo las areniscas permeables, que por sus entresijos dejan pasar el agua, están las margas marinas de la formación Carivete, impermeables, en el contacto entre ambas podemos encontrar pequeñas surgencias de agua, el cerro donde se asienta Aledo es por tanto un claro ejemplo de un acuífero colgado. El mejor exponente de esto lo tenemos al principio de este recorrido, nos llamará la atención una galería, si ascendemos un poco ladera arriba encontraremos otra galería, que los aldeanos llaman el pozo de los Moros. Fue un sistema de captura de aguas subterráneas que convertía al castillo de Aledo en un espacio defensivo capaz de aguantar un largo estado de sitio, hoy todavía queda parte de la torre que se utilizó para defender este recurso estratégico, la Torreta. Este lugar nos ayudará a convencernos que la historia geológica de la Tierra es la clave de nuestra propia historia.

    Merece la pena seguir el recorrido para hacer una buena foto de la base de las murallas y de la torre del Homenaje colgando sobre los escarpes calizos. Incluso podemos continuar el camino hasta la parte oeste del cerro de Aledo. Para los que se sientan más geólogos pueden bajar la ladera para observar las rocas más antiguas de la zona, las areniscas marinas de formación Manilla y los conglomerados rojos de Carraclaca, haciendo así un corte geológico completo de las rocas de esta gran cuenca sedimentaria.