Arbusto o pequeño arbolillo de generalmente 1-1,5 metros de altura. Porte achaparrado, ramas intrincadas, tronco poco definido. Hojas opuestas, de lanceoladas a oval-lanceoladas, de extremo romo y margen entero, algo revoluto. Coriáceas, haz verde oscuro, envés verde grisáceo, cubierto de un denso tomento de pelos, nervio central muy marcado. Flores pequeñas, en pequeños racimos axilares, de cuatro piezas soldadas en su base, triangulares, verdoso-amarillentas. Fruto en drupa, con mesocarpo delgado y poco carnoso, sin tantos aceites como la variedad cultivada, de frutos mayores (olivas).
Ecología
Matorrales. El acebuchar es una formación abierta generalmente poco extensa, se da en forma de manchas en laderas soleadas, entre otro tipo de matorrales (palmitar, tomillares en sentido amplio, etc.) o bien acantonados en roquedos y terrenos de gran pendiente en la zona más cálida. El olivo cultivado florece entre abril y mayo. La oliva se recoge en los meses de noviembre y diciembre. El olivo silvestre tiene una fenología similar.
Distribución
Mediterránea, con origen incierto, al ser cultivada desde tiempos milenarios. Ampliamente extendida por la Península Ibérica, salvo en la zona atlántica más húmeda y fría. En la región de Murcia se presenta en todo el territorio, si bien es más frecuente en la zona costera, penetrando al interior en los enclaves más térmicos Piso termo y mesomediterráneo, ombrótipo semiárido y seco.
¿Dónde encontrarlo?
En la zona costera. Hay buenos acebuchares en el Parque Regional de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las Cenizas. Podemos encontrar acebuches naturales en las proximidades del Centro de Información del Parque.
Observaciones
Gran parte de los olivos silvestres o acebuches provienen de olivares próximos. Los olivos producidos a partir de semilla, dispersa por algún ave, son "bordes" y deben injertarse, presentan las características descritas para el acebuche, pues realmente no pueden separarse, son la misma especie. De ahí que el origen de los acebuchares e incluso del olivo como especie sea incierto, estando ligado íntimamente a la civilización mediterránea.
El olivo, la forma cultivada de este mismo taxón, del que tiene con seguridad su origen, es un árbol de gran importancia. Por un lado produce el aceite de oliva, tan utilizado en la cocina mediterránea, y las aceitunas, y por otro el simbolismo y superstición que lleva asociado. En la antigua Grecia los atletas eran recompensados con coronas de ramas de olivo, el equivalente a la actual medalla de oro, y las tallas de los Dioses del Olimpo solían realizarse utilizando madera de olivo. En Murcia existe la creencia de que arrojando hacía atrás hojas de olivo se quita una verruga por cada hoja que se seque.
José Antonio López Espinosa