Vicente Hernández Gil
Vicente Hernández Gil
Descripción
Con el plumaje completamente negro, aunque lustroso, y del tamaño del mirlo común, pero con la cola más corta, el estornino negro se distingue por adoptar una postura erguida cuando está posado, y andar a saltos (el mirlo se desplaza "andando"). El estornino pinto tiene el extremo de sus plumas moteadas de blanco en el invierno, perdiéndolas con el uso.
El pico en primavera es de color amarillo limón, siendo oscuro en invierno. Destacan las patas de color rojo. El vuelo es el rápido, recto... y puede apreciarse la forma triangular de las alas.
Hábitat y distribución
El estornino negro es una especie sedentaria, que sólo se distribuye por la península Ibérica y norte de África. Su congénere, el estornino pinto, ocupa "el resto" del Paleártico, habiendo sido introducida en América del Norte y del sur, Australia, Sudáfrica, etc.
En invierno, grandes contingentes de estorninos pintos se suman a los estorninos negros de aquí, recorriendo en bandadas los campos, y los cultivos de secano (olivares, viñedos...), siendo casi indistinguibles uno del otro desde cierta distancia.
Costumbres y alimentación
Ambas especies son altamente gregarias, y se unen en grandes bandadas para comer, dormir y desplazarse.
Están asociados a zonas urbanas, criando en huecos, en sus tejados, grietas y árboles. En invierno ocupan arboledas de paseos y parques urbanos y periurbanos para dormir, o cañaverales, alejados de peligros y de depredadores, lo que puede llegar a causar problemas de convivencia con sus vecinos humanos. Sus cantos, potentes, contienen multitud de estrofas de otras muchas especies, silbidos y gorjeos, que no cesan en toda la noche.
Son grandes consumidores de semillas y frutos, así como insectos, desplazándose en masa allí donde hay sobreabundancia de éstos. Lo mismo eliminan una plaga de gusanos que quitan unos kilos de aceitunas a un olivar.
Protección y conservación
No presenta amenaza alguna. Muy al contrario, se encuentra en expansión.
Curiosidades
Son tales las concentraciones de estorninos en invierno para dormir en los árboles de paseos y parques, que llegan a alcanzar la cifra de varios millones de ejemplares. Sus excrementos cubren vehículos y vegetación, y el propio suelo, y su algarabía impide el descanso de los vecinos. Por esta causa se les espanta con grabaciones de sus depredadores, de estorninos en apuros, con ultrasonidos... volviendo al poco otra vez al mismo dormidero.
Vicente Hernández Gil
