Bolvax
Bolvax

Tramo inicial

Desde Abarán cogemos la carretera a Cieza y a dos kilómetros, tras pasar la rambla del Moro, encontraremos en la orilla del río el Azud del Menjú. Allí aparcaremos el vehículo para comenzar la excursión a pie. El Azud del Menjú represa el agua del río y da origen a la acequia de la Noria, que pasa por la Hoya de Don García y por la Noria Grande de Abarán.

Nuestra ruta comienza en el Menjú, siguiendo la carretera que va a Cieza, caminamos unos metros -con mucha precaución- por el lado izquierdo hasta descubrir un sendero en el cañaveral; éste nos lleva separados del asfalto. A unos 300 metros del inicio vemos el cable del Menjú, donde Antonio (el guarda de la finca) cruza todos los días el río con la balsa; es posible que éste sea uno de los últimos barqueros del río.

Seguimos caminando por la carretera con precaución unos cientos de metros más, hasta llegar a un grupo de casas llamadas de «Bolvax». Seguimos por la carretera hasta llegar a la última casa, que está bajo la torre de un tendido eléctrico. Aquí dejamos el asfalto para subir junto a las ruinas de una antigua fábrica de esparto que se encuentra a la derecha; subiremos por la ladera del cerro, observando restos de muros de antiguas construcciones, entre grupos de viejas oliveras.

Debemos subir por este cerro con el objetivo de observar mejor desde lo alto lo que esconden los restos de estas murallas. Se trata de nada más y nada menos que de Bolvax, un poblado ibero-romano que conserva esparcidos los muros de las viviendas, de la época republicano-romana

En lo alto del cerro de Bolvax hay dos grandes piedras que recuerdan a un dolmen; es en este punto donde podemos observar con más claridad el itinerario a seguir para llegar al cerro del Morrón, que se ve al fondo hacia el Este.

Tramo intermedio

Iremos por una senda por el borde izquierdo de la cresta rocosa, contemplando los gigantescos molinos que generan energía eólica en la sierra de Ascoy a Cieza. Para alcanzar esta cresta hay que cruzar desde el cerro de Bolvax unas gradas con pinos y caminar hacia el Este. No tardaremos en encontrar un camino de tierra al que debemos dirigirnos tras bajar y cruzar un ramblizo. Aquí, y en varios puntos más adelante, suelen encontrarse colmenas y debemos pasar con precaución al acercarnos.

El camino nos lleva sin pérdida alguna al cerro del Morrón, el cual se encuentra al fondo, hacia el Este. Antes el camino salta a la cara de la umbría y, cuando nos encontremos en el punto en que un cabezo está a la izquierda, hay una casa en ruinas y el camino empieza a bajar, la cumbre del cerro del Morrón estará a la derecha, unos cientos de metros sobre nuestras cabezas.

Desde aquí subimos a la cumbre, primero sorteando y trepando entre las gradas de la reciente repoblación de pinos y los últimos metros por peñas rocosas que nos asoman a la cara Sur, con la rambla del Moro abajo. En la cumbre del cerro del Morrón contemplamos la puerta de entrada al Valle de Ricote por el Norte, entre la Atalaya de Cieza y Bolvax.

Bajamos desde aquí nuevamente al camino y a la casa en ruinas y seguimos por el mismo hacia el Este, sin coger un camino que parte a la izquierda. Nuestro camino va descendiendo por la ladera Norte. Allí el camino finaliza junto a la torre de tendido eléctrico, así que unos veinte metros antes -a la derecha por un ramblizo- bajaremos por una senda hacia la rambla del Moro.

La senda nos lleva entre tierras rojas y yesos por el borde izquierdo del ramblizo, hasta bajar finalmente con ciertas precauciones por estas tierras resbaladizas hasta la ancha rambla del Moro, donde daremos con un pequeño cortijo y sus cuidados olivos, antes de alcanzar el camino de grava.

Tramo final

La rambla del Moro nos lleva cómodamente de vuelta al Menjú.  El camino de grava que nos baja por la rambla llega hasta una cantera a la que nosotros no subiremos. Seguimos por el camino más pedregoso que desciende por la rambla.

Pasamos por algunos cortijos -Las Tejeras- y huertos de naranjos, regados con el agua de un manantial que nace aquí y también por el agua que es elevada gracias a la noria de la Hoya de Don García.

La rambla del Moro cruza la carretera antes de desembocar en el Segura. Seguiremos por el asfalto por la derecha hasta llegar de nuevo al Menjú, punto final de nuestra ruta.