Imagen del proyecto de construcción de La Condomina
Imagen del proyecto de construcción de La Condomina

Cuando Luís Pardo llegó a la presidencia del Real Murcia concibió la idea de que su gran proyecto sería la construcción de un nuevo campo de fútbol. La ejecución hubo de apresurarse, pues a principios de 1924 llegó la noticia de la expropiación forzosa de una parcela de la Torre de la Marquesa con motivo de la construcción del edificio de la Estación de Ferrocarril Murcia-Caravaca.

Escollos

Dada la premura por encontrar un lugar adecuado para construir el nuevo recinto deportivo, Luís Pardo y su Junta Directiva se pusieron manos a la obra para adquirir unos terrenos. Sin embargo, la búsqueda de la directiva murcianista tropezó con numerosos inconvenientes porque la ciudad estaba rodeada de huertas y por las altas pretensiones económicas de los propietarios.

En la primavera de 1924 la Junta Directiva encontró el lugar ideal para llevar a cabo el proyecto. Se trataba de unas tierras que poseía la familia Medina en la carretera de Churra, lindando con la Fábrica de Papel, y que reunían todos los requisitos, tanto por la cercanía con el núcleo urbano, como por el fácil acceso de carruajes por el amplio camino. Sin embargo, cuando ya se daba por hecho que estos terrenos albergarían el futuro campo de fútbol del Real Murcia, los vendedores y los interesados no llegaron a un acuerdo económico.

Adquisición de los terrenos

Finalmente, en el verano de 1924 las gestiones realizadas por Luís Pardo tuvieron éxito. El presidente del Real Murcia arrendó a Juan Aguilar-Amat 18 tahullas de tierra en plena huerta. Estos terrenos se encontraban en la Puerta de Orihuela y lindaban con la plaza de toros y la carretera de Monteagudo. No hubiera sido necesaria una superficie tan extensa, pero la intención de la Junta Directiva era la de realizar una serie de infraestructuras (pistas de tenis, un frontón, una pista de atletismo, una piscina y un pequeño hotel) junto al campo de fútbol. Una vez que el Real Murcia dispuso de los terrenos se designó al ingeniero Eduardo Menoyo, antiguo jugador del equipo, como encargado de llevar a cabo el proyecto del estadio.

Las obras de construcción de La Condomina dieron comienzo el 27 de octubre de 1924 ante un gran número de curiosos. Aquel día el aspecto del lugar era el de un bancal de hortalizas con varias moreras en el centro y numerosas acequias y partidores. En un principio se realizó la tala de árboles para la explanación del terreno de juego, la construcción de la tapia exterior de hormigón armado, que tenía cuatro metros de altura, y una balaustrada de cemento que debía de separar el público de la línea de banda.

El plazo de ejecución era de poco más de un mes, ya que se tenía previsto inaugurar el campo de fútbol el 8 de diciembre. Finalmente, el acondicionamiento del estadio sufrió una pequeña demora que obligó a retrasar la inauguración unas semanas. A mediados de diciembre el proyecto de Luís Pardo se convirtió en realidad. Un inmenso terreno de juego de 106x68 metros se convirtió en la nueva ''casa'' del Real Murcia. Lo fue durante casi 82 años.