Biografía
Si pudiésemos contar cuántos ciclistas de los que ahora están en profesionales comenzaron a montar en bicicleta para seguir los pasos de Miguel Induráin probablemente el número que obtendríamos sería muy elevado. A medida que Miguel iba imponiéndose en Giros y Tours, la afición por este deporte, que había comenzado unos años atrás con Perico Delgado, fue creciendo y ahora podemos ver cuál ha sido el resultado. El ciclismo español, los ciclistas españoles, ya no sólo ganan en montaña, como Julio Jiménez o Federico Martín Bahamontes, si no que ahora igual pelean por un Tour que por una clásica o un campeonato del mundo.
Tras los pasos de Miguel Induráin
Pedro Martínez Romera forma parte de ese amplio grupo que se enganchó al ciclismo viendo a Miguel volar en Sestriere o levantar los brazos en Hautacam “En mi casa a nadie le gustaba el ciclismo y en mi pueblo, Aledo, tampoco había ningún ciclista. Yo veía a Miguel Induráin por la tele y quería ser como él, por eso empecé a montar en bici”, comenta.
En una BMX blanca y verde Pedro, o Perico el de Aledo como le conocen sus amigos, comenzó a dar sus primeras pedaladas por las calles del pueblo y con ella se presentó en línea de salida de la carrera de las fiestas de Aledo “ Fue la primera carrera que corrí. Era una carrera “pirata” que hacían para las fiestas de agosto. Por aquella época yo tenía 12 años y no estaba ni federado ni nada, recuerdo que mi madre me compró unas mallas de mujer sin badana y con ellas salí”, recuerda.
Pedro entró con buen pie en el ciclismo y por eso al año siguiente, en 1995, decidió federarse y pasó a formar parte del Club Ciclista Ceico de Totana. “Todos los domingos quedamos en un bar de Totana con “el bigotes”, que en realidad se llama Antonio García y era el presidente del Club Ciclista Ceico, nos motábamos en un autobús y nos íbamos a las carreras”, explica.
Con este equipo y en su primer año de competición llegó también su primera victoria en una prueba “no pirata”, “Fue en Torre Pacheco yo corría en la categoría de escuelas. Era final de temporada y la carrera se disputaba en un circuito. Fui el último todo el tiempo y estaba aburrido de dar vueltas así que decidí atacar para ver si se me pasaba el tiempo más rápido. A partir de ese momento fui escapado toda la carrera y conseguí ganar. Después de ese día volví a ganar otra en Cartagena al final de temporada y al año siguiente pasé a la categoría de cadetes”, afirma.
Aprendiendo a ser ciclista
Sus dos siguientes años, 1996 y 1997, en la categoría de cadetes y el siguiente, 1998, en su primer año de juvenil, Pedro siguió en las filas del Club Ciclista Ceico y en él se fue formando como ciclista.
En 1999 pasó a formar parte de las filas del Moto5 y en esta temporada consiguió entre otras una victoria en la Copa de Alicante y una carrera en Santomera. Poco a poco el ciclismo comenzaba a ocupar más horas, e iba pasando de ser un juego a ser un trabajo, por eso tras terminar sus estudios de bachiller, Pedro decidió dejar los libros por un tiempo y dedicarse de lleno a la bicicleta. Además en aquella época los rivales con los que Pedro se iba encontrando en las carreras comenzaban a ser de un nivel importante “Sobre todo recuerdo a Pellicer y a Eloy Teruel, que ahora están conmigo en el 3 Molinos Resort Murcia Turística”, dice.
Su salto a la categoría de aficionados lo dio de la mano del equipo Hierros Agüera y tras pasar las temporadas 2000, 2001 y 2002 en él, Pedro decidió probar fortuna en tierras vascas y su en su cuarta temporada de aficionados formó parte de las filas del equipo Alfus Tedes.
Del ciclismo aficionado al ciclismo profesional
Tras un año en este equipo, en la temporada 2004 regresó a tierras murcianas y al equipo Murcia Turística donde estuvo en sus dos últimos años antes de pasar al ciclismo profesional. Y fue, precisamente, en su última temporada como ciclista aficionado cuando Pedro se convenció, realmente, de que en el ciclismo podría estar su futuro “ Fue, sobre todo, cuando hice cuarto en el circuito montañés en 2005 cuando me di cuenta de que podía estar con los mejores de este deporte”, afirma.
Sin embargo, y a pesar de que en esta temporada llegaron éxitos importantes, como una etapa en la Vuelta a Cantabria o la General de la Vuelta a Castellón, lo cierto es que las lesiones no se olvidaron de él “Si tuviese que borrar un momento de todos los que he vivido sobre la bicicleta, seguramente borraría la caída que tuve en la Villarreal – Morella en 2005. Me golpeé el riñón y estuve nueve días ingresado. Además ese mismo año me rompí otras dos veces la clavícula”, explica.
Aún así, estos obstáculos en el camino no impidieron que en 2006 Pedro Martínez viese por fin cumplido el sueño de ser ciclista profesional. Ahora lo que toca es abrir bien los ojos y estar muy despierto para conseguir una primera victoria, que le permita seguir soñando.
