La artesanía ha tenido gran importancia en la Región a lo largo de los siglos, y ha sido y es un claro referente de su singularidad. Los belenes, de los que somos el primer productor nacional; la Seda, principal motor de nuestra economía durante los siglos XVIII y XIX; los bordados de Lorca, que se muestran en todo su esplendor en nuestras fiestas populares; el esparto; o la cerámica y alfarería son claros ejemplos de ello.

    En la actualidad, con el apoyo del Centro Tecnológico de la Artesanía, el sector se ha consolidado y tiene grandes expectativas de futuro gracias, entre otros, a su innovación y creatividad, a la implantación de nuevas tecnologías y herramientas, y a la adopción de estándares de calidad.



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