Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Puerto Lumbreras [Puerto Lumbreras_Historia]
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Puerto Lumbreras

  No será hasta los siglos XVI y XVII cuando el territorio de Puerto Lumbreras cuente con una población establecida de forma regular. Aunque, antes de la formación de un núcleo poblacional, se tiene constancia de que zonas del Cabezo de la Jara contaban con familias avecindadas allí. Desde su inicio, la supeditación y dependencia a Lorca ha pesado en todos los aspectos de la formación de Puerto Lumbreras.

  Un topónimo descriptivo

  El nombre de Puerto Lumbreras deriva de dos aspectos geográficos del pueblo. La palabra Puerto proviene de su situación entre sierras. El municipio se halla en una rambla, entre la Sierra de Enmedio y las Lomas del Cabezo. Esta rambla era un paso natural que comunicaba Lorca con Huercal-Overa. En cuanto al origen del término Lumbreras existen ciertas controversias. Por una parte, hay quien explica que las torres fortalezas se comunicaban entre sí por medio de hogueras. Estas hogueras o lumbres serían las que dieron nombre al lugar.

  Pero existe una explicación que apunta en otra dirección. En el término municipal la rambla no porta agua en superficie, en cambio, por debajo discurre un curso invisible. Existen pequeñas fuentes o afloramientos, los cuales desaparecen de una manera fugaz. Las aguas subterráneas fueron aprovechadas con pozos para la extracción del agua. Se les llama alumbres. De ahí devendría el nombre de Lumbreras. La unión de ambas palabras en el siglo XVIII daría origen al topónimo, que se usa en la actualidad para nombrar a la ciudad.

  Desarrollo del pueblo

  El siglo XVIII supone el desarrollo del pueblo en población y urbanización. Para dotar de servicios religiosos a la población se construye la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Fue el propio cardenal Belluga quien ordenó su construcción. El templo se terminaría en el siglo XIX. Se edificó sobre la planta de la antigua ermita. Las obras efectuadas sobre la Rambla permitieron un mejor aprovechamiento de la corriente subterránea. Los pozos y aljibes existentes se rentabilizaron más, permitiendo una ampliación de las áreas de cultivos.