Murcia

La antigua Estación ferroviaria de Zaraiche destaca entre la multitud de modernos edificios de viviendas y servicios que flanquean la Plaza Circular de la ciudad de Murcia. De estilo Ecléctico y corte mudéjar, llama la atención por su fachada realizada  en ladrillo visto y sillería de colores claros, la decoración de sus ventanas, las barandillas que dibujan motivos geométricos y la marquesina metálica ornamentada con relieves.

Aunque desconocemos quién fue el autor del diseño de estas instalaciones lo cierto es que, tras la aprobación del proyecto de construcción de la línea férrea Murcia-Mula-Caravaca, se planteó la necesidad de dotar a la ciudad de una estación que se convirtiera en la cabecera de esta línea.

En 1921 se comenzaron las obras de construcción de la Estación de Zaraiche, concluyéndose el edificio de viajeros, los muelles y cocheras en el año 1930. Pero habrá que esperar hasta el 30 de mayo de 1933 para ver inaugurada la nueva línea, ya que los trabajos de construcción del ferrocarril no llegaron a su fin hasta esta fecha.

La fachada principal del edificio se encuentra ubicada en la actual Plaza Circular, mientras que la fachada posterior y la zona de andenes quedan situados en uno de los extremos de la Avenida Juan Carlos I.

El edificio principal consta de tres pisos divididos en dos cuerpos. El primer cuerpo está constituido por la planta baja y el primer piso, los cuales están separados del segundo cuerpo por medio de una cornisa con ménsulas sobre la que se apoya una barandilla. Esta barandilla de estilo mudéjar está realizada en ladrillo y decorada con motivos geométricos. El segundo cuerpo está compuesto por la tercera planta, de menor tamaño que las anteriores, que se encuentra coronada por una barandilla similar a la anterior.

La primera planta se caracteriza por no presentar una entrada diferenciada, sino que todas las puertas de ingreso al edificio presentan el mismo aspecto. Todas ellas, excepto una, han sido hoy convertidas en ventanas. Entre la primera y segunda planta destaca la gran marquesina metálica decorada con relieves, anclada a la pared por medio de cerchas también metálicas, que rodea toda la fachada principal. 

La segunda planta se caracteriza por la disposición de sus ventanas, la función decorativa de sus elementos arquitectónicos, la gran cornisa que recorre todo el edificio, la barandilla de ladrillo en estilo neomudéjar, y el remate que corona todo el edificio y en el que está incluido el reloj. En el interior de la esfera del reloj podemos apreciar actualmente el símbolo de la empresa Aguas de Murcia. 

La tercera planta apenas es visible desde el exterior y se encuentra situada tras el remate del reloj, siendo de un tamaño menor que las plantas anteriores y estando coronada también por una barandilla similar a la de la segunda planta.

La fachada principal está realizada en ladrillo visto y sillería, materiales que le dan un aspecto muy colorido por la combinación de tonos rojizos, claros, grisáceos y azulados.

En ella podemos observar que el espacio central avanza respecto a los laterales, indicando el lugar en el que se encuentra el acceso principal.

La fachada posterior es idéntica a la principal. A ambos lados de ella estaban situados los andenes, hoy reaprovechados como aparcamiento para los empleados de la empresa Aguas de Murcia. Los andenes y la fachada estaban protegidos por una cubierta metálica sustentada por soportes de fundición, especie de columnas, rematados por capiteles corintios. Ante la fachada posterior, y colgado de esta cubierta, se encontraba un cartel que anunciaba en grandes letras oscuras el nombre de la estación: Murcia. Zaraiche.