El convento de Verónicas tiene su origen en la Orden del Salvador o Santa Brígida, fundado en 1335 por Doña Teresa Moratón que estableció el beaterio cerca de la Catedral.

En 1529 la rica señora Doña Isabel Ruiz de Alarcón ordena en su testamento la fundación de un convento sometido a la regla de las terciarias de San Francisco, con dos religiosas venidas a Murcia desde el Monasterio de Alcaraz, y las beatas de Santa Brígida. Se forma así una comunidad en casa de su fundadora, cerca del convento de San Francisco y del Almudí y próximo al emplazamiento actual.

En 1651 la riada de San Calixto derribó entre otros el Convento de Verónicas, y las monjas se refugiaron en San Francisco, no pudiendo restaurarse el edificio hasta el siglo XVIII.

La iglesia del Salvador del Convento de Verónicas se levantó en 1727 y fue reparada en 1730 por amenazar ruina. Varios años después se decidió demoler toda la edificación y construir de nuevo el Monasterio. La nueva obra se inició el 19 de marzo de 1746 y se terminó en 1755.

El monasterio de Verónicas fue incendiado en 1835 y suprimido poco después. Se dedicó durante un tiempo a local de espectáculos teatrales y circenses, hasta que fue devuelto a la Comunidad por R. O. de 10 de octubre de 1847. Sobre el huerto se edificaría el mercado de las Verónicas.

Los avatares de la política liberal del siglo XIX, llevaron a la dispersión de la comunidad al nuevo monasterio en Algezares.

Durante la Guerra civil de 1936 el convento se convirtió en almacén de chatarrería. Fue reconstruido alrededor de 1946, tras diversas restauraciones. Pero el edificio sólo llegó a habitarse unos cuarenta años más. La iglesia sufrió un largo período de abandono, lo cual motivó que, alrededor de 1974, fuera cerrada al culto por el peligro que podía suponer para los fieles.

En septiembre de 1980 y a instancias de la propiedad, la Delegación en Murcia del Ministerio de Cultura estima procedente la demolición del convento. Argumenta para ello su escaso interés artístico, pero conservando las columnas del claustro para reintegrarlas a la nueva construcción prevista por la comunidad de religiosas. La iglesia debía conservarse íntegramente.

En febrero de 1985 se aprobó la demolición del convento condicionada a asegurar la consolidación de la iglesia, que podía verse afectada por el derribo.

Durante el proceso de demolición, en enero de 1986, aparece un lienzo de muralla árabe con un torreón en uno de los lados, que había servido como muro de carga en una de las paredes del convento.

Ofertada por la propiedad, la Comunidad Autónoma la compró el 22 de enero de 1988. En abril de ese mismo año se realiza por parte del Servicio de Patrimonio Histórico el proyecto de restauración que se centró en la recuperación del inmueble y garantizar la estabilidad estructural.

Tras la restauración se instaló "El Centro Regional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales" en la zona del coro alto y bajo, y en las galerías de acceso a las tribunas; la planta de la iglesia está acondicionada como Sala de Exposiciones temporales.


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