Alineación del Murcia Foot Ball en 1918 [Murcia Foot Ball Club]
Alineación del Murcia Foot Ball en 1918

La historia del fútbol en Murcia toma un nuevo impulso a partir de 1909 cuando se produce el contacto entre un grupo de jóvenes de la ciudad (entre los que se encontraban varios ex alumnos de Francisco Medel) y otros venidos de distintas provincias que ya conocían este deporte por haberlo practicado en sus lugares de origen. Entre estos últimos se encontraban los hermanos Menoyo (madrileños), Ernesto Casanovas (catalán, aunque había residido durante algún tiempo en Madrid) y Piquer (valenciano).

Parece ser que la iniciativa partió de los hermanos Arturo y Eduardo Menoyo quienes trasladaron su residencia a Murcia en 1908. Después de diversos encuentros, estos jóvenes tomaron la decisión de crear una sociedad deportiva. De este modo se acordó refundar el Murcia Foot Ball Club, tal vez porque era una sociedad que ya estaba legalizada en el Registro de Asociaciones.

La refundación del Murcia Foot Ball Club se debió de hacer efectiva en enero de 1910. La primera Junta Directiva estaba compuesta por los siguientes miembros: Presidente: Antonio Manzanera. Vicepresidente: Eduardo Piquer. Secretario: Enrique de la Plaza. Vicesecretario: Baldomero Rodríguez. Tesorero: Francisco Arques. Contador: Arturo Menoyo Vocales: Rafael Amantes, Alfonso Guillamón, Martín Bautista, Cándido Vivancos y Magín Peña. La mayoría de los directivos tenían entre 19 y 21 años.

Organización del club

El concepto de Junta Directiva era completamente distinto al de nuestra época, pues todos sus componentes (a excepción de Magín Peña) eran jugadores del equipo. A principios de 1910, el Murcia Foot Ball Club estaba formado por unos 40 directivos-socios-jugadores que pagaban una peseta de cuota. Ante la necesidad de sufragar los gastos de la entidad, sus miembros idearon otra fuente de financiación: cobrar una entrada de 25 céntimos a los espectadores que desearan presenciar los partidos.

Con el paso de los meses la Junta Directiva sufrió varios cambios en la presidencia. A raíz de una discusión en vísperas del partido ante el Recreación de Alicante, Antonio Manzanera abandonó el cargo y fue sustituido por Magín Peña Torres. La presencia de Peña al frente del Murcia duró poco más de un año, pues a mediados de 1911 fue sustituido en el cargo por Enrique de la Plaza.

La sede social

Uno de los mayores inconvenientes de la Junta Directiva fue el de encontrar una sede social, pues al no estar Francisco Medel vinculado al Murcia, el club no disponía del Gimnasio Modelo. En un principio los directivos alquilaron un local en el número 1 de la calle Marín Baldo que pagaban con el dinero de las cuotas, pero como la cantidad recaudada era insuficiente, la directiva se vio obligada a buscar otro lugar. Finalmente, la sede se trasladó a un local ubicado en la Calle de Algezares, esquina a Platería, que estaba situado sobre una tienda de comestibles.

El club únicamente disponía de un balón que, a base de remiendos, solía resistir unos dos meses antes de perder su forma original hasta asemejarse a una pelota de rugby. Al final de cada partido, Alfonso Cerdán Amorós, ''Fusio'', encargado del material, se llevaba el balón a su casa para reparar las costuras. Era necesario que el esférico estuviera en buenas condiciones porque su rotura motivaba la suspensión del partido. Tampoco el calzado de los jugadores era el más adecuado para la práctica del fútbol, pues la mayoría jugaba con botas de soldado.

Sin una instalación adecuada

La estructura era mucho más organizada que en años anteriores en los que Francisco Medel había tenido que trabajar, casi en solitario, para que un grupo de adolescentes pudiera jugar al fútbol. Sin embargo, en 1910 el Murcia seguía teniendo un grave problema: el de no disponer de un campo de fútbol cercano a la ciudad. En un principio el club utilizó la plaza de toros, pero ante las quejas del conserje se vio obligado a buscar otro lugar. No había más alternativa que seguir utilizando el terreno que se encontraba junto al Campo de Tiro Nacional de Espinardo. Los futbolistas realizaban la ida y la vuelta (en total ocho kilómetros) a pie, aunque, ocasionalmente, utilizaban el tranvía que costaba 10 céntimos.

Después de los partidos los jugadores tenían que guardar las porterías en un almacén del Tiro Nacional. Todos los entrenamientos y partidos contaban con la asistencia de dos personas: Ramón Ángel Cremades, quién 10 años más tarde se convertiría en Presidente del Levante de Murcia, y Enrique Meseguer, tío del jugador Pelluz. Ambos fueron los primeros espectadores fieles de la historia del fútbol de la ciudad de Murcia.