Fortuna

Como en la mayoría de los casos de los pozos de nieve que hayan en Murcia, su estado de conservación es bastante precario, aunque parte de su alzado aún queda en pie.

El pozo se encuentra escondido entre la repoblación de pinos llevada a cabo en esta sierra. Las roturaciones realizadas para llevar a cabo esta repoblación, así como la acción de los árboles, han participado en el deterioro de la construcción, aunque no por eso haya que olvidar que la primera causa de su estado es su abandono.

Su planta circular está acompañada por los restos de parte del alzado de la estructura que queda en pie, la cual en su parte más baja mide un 1 m, mientras que en su parte más alta alcanza los 2,30 m. Su entramado de mampostería nos permite ver una construcción con una constitución muraria de un grosor considerable.

El edificio estaba realizado de mampostería, consistente en argamasa y piedras de irregular tamaño y forma. El apunte arquitectónico más relevante estaría en el arranque de su cúpula, que aún se encuentra en pie y que nos da una idea de la posición en la que ésta se encontraría.

No podemos dejar de mencionar los contrafuertes que son los responsables, como ya hemos adelantado, de que aún se pueda admirar parte de su antiguo alzado. Están realizados con la misma factura y los mismos materiales que el resto de la construcción. En comparación con algunos de los encontrados en otras construcciones similares de la región, podemos afirmar que son en general de pequeño tamaño teniendo en general un metro de altura por medio metro de ancho.

Arquitectónicamente podemos hablar de una construcción con tres alzados, que darían paso a una cúpula que coronaría el conjunto.

Hay que desatacar además la inexistencia de las estructuras anexas que siempre se ubicaban al lado de estos inmuebles. Solían ser una o dos construcciones que servían de albergue en los días de “carga” del pozo a los peones allí trabajaban, así como de almacén para el material y establo los animales que fueran necesarios.