Un poco de historia

Del resto de las viviendas podemos decir que hay otra edificación a dos aguas que, según el archivo municipal, sirvió en algún momento de ermita o capilla bajo la advocación de Santa Inés.

Existe otra construcción, también a dos aguas, con un escudo heráldico del siglo XVIII o XIX, sin que hayamos podido averiguar si el uso de la almazara era compartido o las dos casas pertenecían a un mismo dueño.

Ante una construcción tan llamativa  hablaremos un poco de su  historia a través de la documentación del archivo municipal: ¿(..) se sabe que una gran parte de la hacienda de Santa Inés fue vendida por el Licenciado Torrecilla de Morales a los jesuitas en 1569, quienes la mantuvieron hasta su expulsión. Parece que todavía en 1797 no había sido enajenada por el Estado puesto que los monjes de la Trapa solicitaron al rey que les concediese la citada hacienda. Así pues, las edificaciones barrocas deben ser obra previa al momento de la expulsión. La vicaría también tenía allí alguna propiedad, que todavía mantiene.¿

La importancia de la almazara  reside en su antigüedad, pues parece que existe desde los primeros tiempos de la construcción de la hacienda y que forma un conjunto formidable junto con la casa y la ermita o vicaría. Sin olvidar la existencia de un horno, caballerizas y una era para trillar el grano.