Retablo Altar Mayor [Iglesia de San Pablo]
Retablo Altar Mayor

    Los orígenes del templo de Abarán se remontan al siglo XVI, tras la bula papal que obligaba a convertir en iglesias cristianas las mezquitas agarenas. La documentación existente nos revela qué encontraron los visitadores de la Orden de Santiago a su llegada a Abarán en 1507. Se trataba de una pequeña iglesia, con techo de cañas y maderos, con imágenes pintadas sobre papel y sin sagrario pues no había clérigo encargado del pequeño templo. Se cree que esta pequeña iglesia podía estar construida sobre la antigua mezquita, quizá en la Solana donde se sitúa la actual Ermita de San Miguel.

    En la descripción de la visita de 1511 se habla de un Niño Jesús en un tabernáculo, pero se señala también que el templo sigue sin sagrario. Este último dato es importante, puesto que la ausencia de sagrario significaba que el sacramento de la comunión no era administrado y esto repercutía negativamente en las expectativas que las autoridades eclesiales tenían para la progresiva cristianización de la zona. Así, en esta visita se establece la necesidad de un nuevo templo, escogiendo la zona de Las Heras para su emplazamiento.

    La construcción del nuevo templo ayudaría a delimitar el Barrio de Abajo, que hoy día es el núcleo antiguo de la villa. La estructura del edificio quedo dispuesta encargándose de la financiación el Concejo y consiguiéndose rentas por la venta de futuras capillas y lugares de enterramiento, proceder habitual este a la hora de llevar a cabo este tipo de obras.

    En el año 1515 la iglesia ya estaba terminada y en 1526 era bendecida por el obispo, sería entonces cuando comenzaría la ornamentación del templo. Se encargo un retablo, hoy desaparecido, al pintor local Alonso de Monreal y a los alarifes Francisco y Diego de Ayala. Este retablo vendría a sustituir el lienzo pintado que decoraba el Altar Mayor. También se encargo un órgano de tubos al maestro organero murciano Diego de Nava.

    Con la nueva iglesia comenzó la actividad misional dedicada a la progresiva conversión de los mudéjares que aún habitaban la zona. Al mismo tiempo, sobre todo a partir de 1591, hubo un destacado aumento de la población de Abarán.

    En 1721, durante la visita de la orden de Santiago, se comprobó que la iglesia, de una sola nave con capillas laterales y pequeño retablo en el Altar Mayor, estaba sufriendo un gran deterioro en sus muros de tapial. Además se observó la necesidad de ampliar la zona del Altar y la creación de elementos necesarios como una sacristía.

    La ampliación de la obra añadió un crucero al templo y sobre él una cúpula. Se pudo construir un retablo digno del nuevo Altar. En 1790 había quedado configurada la iglesia tal y como la conocemos hoy.

    En los últimos años se ha rehabilitado en algunos puntos y  se han intentado recuperar en su interior los colores típicos de la decoración barroca sobre todo en los detalles de los capiteles de sus pilastras interiores.