Free cookie consent management tool by TermsFeed Lorenzo Rubio y otros empresarios - Región de Murcia Digital
MUNICIPIOS

Alhama de Murcia

Lorenzo Rubio y otros empresarios

Lorenzo Rubio y otros empresarios

Lorenzo Rubio
Lorenzo Rubio

En octubre de 1908 se inauguraba un molino que suponía la primera utilización industrial de la energía eléctrica. El propietario era Diego Vivancos y su ubicación la nueva carretera de Alhama a Cartagena. Pero esas alegrías se truncaron con la sequía que se inició en 1912 y que llevaría al paro a numerosos agricultores. Para colmo, en septiembre de 1914 la falta de presupuesto dejaba sin trabajo a 200 alhameños que trabajaban en la construcción de la carretera a Cartagena.

La crisis obrera saltó a la prensa de nuevo en febrero de 1915 a pesar de los esfuerzos del alcalde Antonio López y de Francisco García Rubio. Intervino entonces otro personaje del momento, Ángel Guirao que consiguió un libramiento de 25.000 pesetas para continuar con las obras de la carretera en el tramo del Cañarico a la costera de Alhama, facilitando de ese modo la disminución del paro. Con el fin de agradecer esta medida, el 17 de febrero tuvo lugar una multitudinaria manifestación de reconocimiento que recorría las calles del pueble acompañada de la banda municipal que estuvo interpretando alegres pasodobles. 

Por desgracia el alivio solo duró unos meses pues en marzo de aquel mismo año las consecuencias de la 1ª Guerra mundial y la sequía extendieron paro y miseria por toda la población. Ochocientos cabezas de familia se quedaron sin el jornal diario. La situación se hizo tan angustiosa que el Casino La Amistad, con su presidente al frente, a la sazón Andrés López, comenzó a repartir raciones de pan gracias al concurso del panadero Francisco López. En un intento de distraer la atención, el Círculo Obrero organizó alguna que otra fiesta en su local con la banda municipal. A estos acontecimientos si que acudían los agricultores, en cambio, en septiembre de 1916 no asistió ninguno a una conferencia agrícola que se organizó en el teatro-cine y que resultó por ello un auténtico fracaso. Sin embargo, de aquel evento frustrado surgió el Sindicato Agrícola para el que se nombró como presidente honorario al cura párroco, José Sánchez Yudice y presidente efectivo a Juan Aledo Javaloy.

  La escasez de trabajo volvió a ser noticia en julio de 1917, momento en el que 500 familias de Alhama vivían con graves aprietos económicos. La fábrica de alpargatas de Lorenzo Rubio (abierta en 1913) tuvo que suspender el trabajo debido a las huelgas de Valencia que provocaron la falta de soga de cáñamo. La fábrica se vio obligada a cerrar temporalmente en octubre de 1917 ya que el bloqueo de la guerra mundial tenía colapsado el envío de miles de alpargatas en diversos puertos, lo que provocó el paro local y una manifestación que protagonizaron cientos de obreros angustiados por la situación a la que de nuevo se veían abocados.

De nuevo, en abril de 1918 la fábrica de alpargatas se veía en la necesidad de cerrar una vez más sus puertas. El paro obrero se sumaba entonces, además a la escasez que se estaba padeciendo de harina y, por consiguiente, de pan.

En abril de 1919 un nuevo rebrote de la crisis obrera se extendía por la localidad. La prensa se hacía eco de las terribles heladas que habían acabado con el cereal. La uva, con una producción de ciento ochenta mil arrobas y el pimiento, con cincuenta mil, quedaron también destruidos dejando a cientos de familias en la más absoluta ruina y sin trabajo. La angustia era tal que se pedía la apertura de la cocina económica municipal y obras a la administración local que, con la ampliación del cementerio, permitieran paliar algo de la situación contratando mano de obra.

Superado aquel terrible bache, la agricultura y la fabricación de alpargatas fue creando numerosos puestos de trabajo, tanto es así que en 1927 eran muy abundante la mano de obra, masculina y femenina, que desde otras poblaciones incluso acudía a Alhama durante la semana. Eran gentes que desaparecían los sábados y regresaban los lunes, circunstancia que les granjeó el apodo general de “Sabadeles”. Precisamente este grupo, bajo la coordinación del administrador del balneario, Andrés Andreo, organizó en junio de aquel año una función benéfica con el propósito de recaudar fondos para la construcción de un hospital en el pueblo.

  El cierre de la fábrica de alpargatería de Lorenzo Rubio en 1924, que la trasladó a Cuba, sumado a otras circunstancias coyunturales, como otro periodo de sequía, desembocaron en una nueva crisis obrera a comienzos de 1931. 

Almacen de Lorenzo Rubio
Almacen de Lorenzo Rubio