Durante la Edad Media la llanura del Campo de Cartagena se convierte en pasto de los rebaños trashumantes de las tierras altas del reino de Murcia y la llanura manchega. Los rebaños pasaban los inviernos en esta zona, mientras que durante el verano buscaban zonas más húmedas y elevadas. La Historia posterior del territorio roldanense gira en torno a dos núcleos: Roldán y Lo Ferro, emergiendo varias casas, tal vez cabecera de importantes fincas: como Valderas, Casa de Roldán y La Torre.
El surgimiento de Roldán como núcleo poblacional
Durante los siglos XVI y XVII, el poblamiento del Campo de Cartagena se intensifica. Esto es debido a la llegada de contingentes poblacionales y al asentamiento de familias de linajes en casas de labranza aisladas, conformándose de esta manera un tipo de hábitat de carácter disperso.
Los primeros núcleos urbanos aparecieron en el siglo XVII, siendo los de mayor antigüedad Los Alcázares, Fuente Álamo y Torre Pacheco. Entre los siglos XVI y XVIII irán emergiendo núcleos de población como Balsicas, Roldán, Dolores y Lo Ferro. De todos ellos Lo Ferro sería el originario, apareciendo ya como topónimo en 1601. El origen etimológico del nombre remite a una familia de genoveses que, asentada en Murcia capital, adquirió tierras en el Campo de Cartagena, llegando además a ser regidores del Concejo murciano.
El segundo enclave fue Roldán, que tendría menos peso demográfico que Lo Ferro hasta principios del siglo XX. Su origen parece estar ligado a la finca Roldán y al marqués de Rozalejo, quien la recibe por parte de su mujer, que la había heredado de uno de los principales terratenientes murcianos, el conde del Valle de San Juan.
El surgimiento del núcleo actual de Roldán se iniciaría en la Casa de Roldán, de la que se conserva la antigua estructura y distribución, un escudo en la fachada, dos piedras pertenecientes a la antigua capilla de la finca y la señal de los cimientos de la citada capilla, cuya construcción posiblemente dataría de 1709. Los propietarios de la finca de Roldán debieron tener relaciones con los dueños de Lo Duro, situada muy cercana a la anterior. Ambas fincas contarían con molino, por lo que debían vivir allí un nutrido grupo de personas.