El agua de Fuente del Pino, camino de Jumilla
La pedanía jumillana de Fuente del Pino es nombrada por primera vez en documentos de mediados del siglo XVI. Los historiadores Julio Jiménez Bernal y José Guardiola Perla así lo recogen en su Historia de Jumilla, obra publicada en 1918, de la que se hace eco Antonio Verdú, cronista oficial de la villa. Fue el domingo 16 de julio de 1564 cuando se reunieron el señor corregidor y Juan Mateo y Ginés del Castillo, alcaldes; y Alonso Abellán, Pedro Gaytán, Francisco Tomás y Francisco Pérez, regidores; y Juan Tomás, alguacil mayor; y Pedro Tomás, escribano, con el objetivo de llevar agua de la Fuente del Pino a Jumilla, pensando en los vecinos y propietarios de la huerta de abajo, que tenían serios problemas a la hora de regar sus tierras.
Estos mismos señores se reunieron con Felipe Vélez, al que se consideraba un maestro en el arte del agua, para decidir cómo construir un acueducto. Vélez se desplazó en varias ocasiones a la zona para estudiar la fuente, calcular cuál era la distancia total que separaba el paraje de la localidad y designar el lugar más cómodo para llevar el agua. Se encargó también de redactar un texto, explicando las actuaciones necesarias para el suministro, así como la cantidad que se trasvasaría. Después se informó al marqués de Villena para que autorizara la obra y permitiese repartir el agua entre los vecinos. Las actuaciones e infraestructuras para la acometida de Fuente del Pino a Jumilla se aprobaron en 1592.
Finales del siglo XX y el descenso poblacional
A principios del siglo XX ya se tienen noticias, que permiten calcular la población y la cantidad de edificaciones que pertenecían a Fuente del Pino. En concreto, la pedanía contaba con 95 edificios y tenía 375 habitantes. Actualmente la población pedánea ha descendido en número en relación a inicios del siglo XX. Poco más de un centenar de habitantes viven en la zona.
El agua necesita un motor extractor para ver la superficie. La agricultura ha dejado de ser el principal modo de vida de los habitantes de esta pedanía, ya que Fuente del Pino se ha convertido en un lugar de descanso y vacaciones para los fuentepineros que no residen en la localidad, así como para numerosos jumillanos. Destaca por ser una población que intenta mejorar el entorno, y se vuelca en proyectos como la restauración de la Ermita. Igualmente resaltan sus Fiestas Patronales, la Cabalgata de Papá Noel y la Fiesta del Verano.